Hace unos días
publiqué algo,
no recuerdo qué
y no recuerdo dónde,
aunque tampoco importa,
porque de todas formas
lo extirpé tras unos minutos
de contemplación
sin comentarios.
Pensé que no valía
la pena,
que era otro fracaso
al cajón,
pero diez minutos después
de que desapareciera
las personas comenzaron
a hablar,
«¿por qué se fue?»
«a mí me gustaba»
«era un buen trabajo».
Me recorrió un escalofrío
de solo pensar
que así sería toda mi vida,
que pasaría desapercibida
mientras aún respirara,
y que solo cuando
me enterraran
comenzarían a llover
bonitos elogios
sobre mi epitafio.
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CAFÉ SIN AZÚCAR
PoetryTengo versos que saben a café sin azúcar. Versos rudos y rebeldes como perros con rabia a los que a veces suelto para que muerdan. Tengo versos salados y amargos como el café negro. Versos que gritan. Versos que rompen. Si tienes el valor de acarici...