Un cuerpo muere en la ventana,
nadie nota su fría respiración empañando el cristal,
nadie sabe, es cierto, las cortinas cubren los cuartos,
pero yo he visto lágrimas plateadas
en los ojos de su hermana
y solo he podido pensar:
¡Ah! Un cuerpo muere en aquella cama,
y mientras él muere, el mundo sigue vivo,
refulgiendo como tormentas.
Y entonces me pregunto,
ha de llegar el día
en que mi hermana derrame lágrimas doradas,
y mientras yo muero, y aparta el viento la cortina,
dos niños juegan.
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CAFÉ SIN AZÚCAR
PoetryTengo versos que saben a café sin azúcar. Versos rudos y rebeldes como perros con rabia a los que a veces suelto para que muerdan. Tengo versos salados y amargos como el café negro. Versos que gritan. Versos que rompen. Si tienes el valor de acarici...