Prefacio.

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La culpa lleva un par de años sobre mi espalda, asfixiándome con los amargos recuerdos de un accidente. Pasan los días, pero no logro escapar de la niebla.

Fue mi elección escoger este camino de vicios, aunque las razones me las hayan clavado otros hasta empujarme a mi última salida. Tarde o temprano, acabaré muerta con la esperanza de salir.

He conocido el amor como un mal capítulo en mi vida. No fue ningún chico, por si te lo preguntabas y me dolió más, porque nunca esperé que mi familia fuese quien destrozara mis esperanzas de amar.

Con el tiempo he aprendido que las chicas grandes no lloran, solo sobreviven, porque esto, realmente, no es vivir.

No puedes salvarme.®Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu