Kikimora © [COMPLETA]

▘28_ Maxen Carter

Tres semanas sin descansar o tener un momento de paz.

Desde que descubriera en el Hölle la verdad detrás de la vida de las chicas asesinadas, no pude parar. No solo soñaba con Anette, la chica del río, sino con las demás.

Mi subconsciente había creado la necesidad de hacer algo por ellas y como no podía encontrar a la persona, o personas, que las habían asesinado; debía hacer lo único que estaba a mi alcance.

Clarisse, Petra y la pequeña Annika era solo tres de las que sufrían la explotación inhumana de los clubes de Dunning. La cifra real era desconocida en tantos años entre chicos y chicas víctimas del tráfico de personas desde Europa para trabajar como servidores sexuales en Estados Unidos.

De no ser por las ganas de traer justicia a esa asquerosa situación, habría sido incapaz de sostenerme. La necesidad de exponer la realidad al mundo me hacía soportar las escasas tres horas de sueño diario y las jornadas de trabajo extra cada vez que salía de KRAUS.

Junto a Michael habíamos formado un buen equipo. Contactó a un policía y un fiscal de su confianza, un par que estaba limpio, y nos asistieron con lo necesario. El Exposal, estaba a bordo para publicarlos luego de dos reuniones con los directivos.

Dos chicos del blog que amparaba Michael nos ayudaron con los videos y las entrevistas que cargaban los testimonios de las chicas. Estaba todo preparado y legal. No había forma que esta vez pudieran desmentirlo o echarlo atrás y la seguridad que les habían ofrecido a Clarisse, Petra y Annika a cambio de su colaboración, me calmaba.

El borrador número diez del artículo con las entrevistas de las implicadas estaba en manos de Michael. No había accedido a ser co-autor del artículo, pero era quien hacía todas las correcciones y esa misma noche me pasaría las últimas para que se enviara a imprenta.

El artículo saldría el domingo.

Además, teníamos una campaña de medios que apoyaba la noticia. Todas las redes de la revista Exposal nos apoyaría al ser el artículo principal. Montamos un canal de Youtube con el nombre "Chicago tiene secretos". Ahí estaríamos compartiendo el material que ya estaba listo para respaldar lo que el artículo comentaba. Esta vez no habría forma de apagar la voz de la verdad.

Cada noche me acostaba intentando pensar que todo saldría bien, si no era así terminaría presa y lo sabía. Un par de veces me encontré recriminándome por el problema que había buscado, pero no me arrepentía.

Quería hacer lo correcto. Cada vez que recordaba los ojos esperanzados de Annika al escuchar que ese viernes sería trasladada a un refugio federal, entendía que valía la pena el cansancio.

La mañana del jueves me levanté con las mismas ojeras que parecían tatuadas bajo mis ojos. El maquillaje ya no las cubría por completo, apenas las disimulaba.

Cada día cuando me arreglaba para ir a KRAUS repetía la oración de no pensar en lo demás. Para sobrevivir a tanta presión había desarrollado la técnica de preocuparme solo del momento. De nueve de la mañana y hasta casi las siete de la noche solo prestaba atención a mis tareas como asistente, que no eran pocas, dado que Max y Chris estaban a punto de salir de viaje a la mañana siguiente.