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-¡HyunJin-ah!
-¿No puedo tener un sábado tranquila?- dijo, aunque en tono de broma, no le molestaba que esa chica estuviera allí.
-Con lo ocupada que estás dudo que sea así, está tan atestada de clientes— dijo, con una sonrisa falsa, haciendo un ademán al lugar, dónde con suerte llegarían a ser cinco personas haciendo sus compras.
HyunJin se encogió de hombros.
-¡Olly~!- la voz alegre de ChaeWon, aunque rara para HyunJin, muy cotidiana para la alfa, hizo que ambos miraran a la sonriente rubia, que llevaba puesto un vestido violeta, del mismo tono que sus uñas, y demasiado corto para el gusto de HyunJin.
-Para usar eso porque no sales desnuda- comentó HyunJin, haciendo que la sonrisa en el rostro de ChaeWon desaparezca.
-Calla- sintió un zape en la nuca por parte de Hyejoo, frunció el ceño, algo molesta-, como si te vistieras tan bien como mí omma Chae- cubrió con un brazo los hombros de la rubia, quién volvió a sonreír.
HyunJin rodó los ojos, las chicas decidieron irse y Hyejoo fue la única que se despidió, al menos de lejos, de la castaña, alegando que el olor a café le quedaba bastante bien.
No les dio mucha importancia a las chicas y volvió a ver las páginas de su libro, aunque no leía.
Había pensado toda la mañana en lo que había visto en la televisión, no había terminado de escuchar todo, pero las charlas de los clientes le habían dejado claro que esa tal Kim JungEun había dado una descripción de HeeJin, su altura y peso, el color de su pelo y ojos, y lo que llevaba puesto la última vez que la habían visto; para después describir a su forma de loba, aunque HyunJin creía que se habían equivocado completamente, ella misma había visto lo adorable que era la omega en su forma animal, como una cachorrita de pelaje blanco que parecía de unos pocos meses, mientras que, por lo que había escuchado, HeeJin cambiaba a una loba más adulta pero pequeña y algo delgada.
Y para su mala suerte, también habían dicho que la omega tenía más posibilidades de estar en ese mismo barrio.
También se había pedido alerta por si alguien llegaba a sentir el olor a manzanas y caramelo, propio de HeeJin.
Y cuando escuchó el tema del olor, HyunJin supo que estaba bastante jodida.
Con todo su departamento apestado a HeeJin, que ya de por sí tenía olor fuerte, sumado a que ahora la chica estaba en celo y había incrementado, más que HyunJin ni siquiera tenía olor propio para al menos disimularlo, y que cargaba con el aroma de la omega todo el día por dormir juntas toda la noche... Nada parecían estar a su favor.
Y por más que no quería tocar el tema, porque sabía que a HeeJin le provocaba temor, y que a ella tampoco le gustaba la idea de que ocurriera, era algo inevitable.
Debía hablar con HeeJin de qué pasaría cuando ya no pudiera esconderla más.
Terminó su turno y caminó más apurada de lo normal hacia el departamento, sintiéndose casi perseguida, aunque sabía que sólo están siendo paranoica.
