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Yo estuve con él desde el día que nació, de hecho estuve con sus padres cuando le pusieron un nombre; "Alexander", debo admitir que fue mi niño favorito porque no lloró tanto como los demás y entiendo que es su forma de comunicarse pero verlos gastar lágrimas porque tienen hambre es absurdo.
Las lágrimas son algo tan valioso como para que el ser humano gaste tantas al nacer. Creo que cuando crecen ellos creen que se terminarán porque escuchar a un adulto llorar es tan raro como que las rosas sean azules.

Me encanta verlo lograr algo, estuve cuando aprendió caminar o cuando aprendió a hablar, como olvidar su primera palabra "agua" sus papás estaban un poco tristes por eso pero a mi encanto que mencionara algo de lo que estaba hecha, según ellos él fue rebelde desde ese momento pero yo creo que siempre fue especial, no es un mal chico de hecho es de esas pocas personas que tiene sus valores siempre presentes pero no omitiré el hecho que siempre fue muy travieso y tampoco diré que no me gustan sus travesuras, suelen ser muy divertidas.

A veces sólo me gusta verlo y no hacerme presente, pero en los momentos importantes siempre me hago presente, sé que él me quiere y aprecia pero él no tiene idea de cuanto lo quiero.
Recuerdo cuando le pidió permiso a sus padres para comprarse una moto, recuerdo como su madre se quería negar pero no encontraba una excusa válida, era un buen chico además ya tenía edad para tener una, recuerdo todo el esfuerzo para poder pagarla. En ese momento me di cuenta de lo mucho que creció ya tenía 18 casi 19 años, siempre con su chaqueta de cuero y su moto, lo hacía ver como una persona rebelde y problemática pero yo sabía cómo era realmente; un chico especial y que amaba todo, incluso a mí.

En La LluviaWhere stories live. Discover now