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Kuroo.

¿Vendras el finde?.

Claro.

Kuroo.

Genial, voy a necesitar tu ayuda pqueña.

Pequeña*

Para lo que quieras, pero soy carisima chico ;)

¿Volviste a saltar una clase?

Kuroo.

Muero por verte.

No niego ni afirmo nada ;)

Adiooos.

La castaña releía los mensajes que su amigo había enviado por la mañana durante su clase de matemáticas, sus ojos se tintaban de una ilusión que odiaba sentir cada vez que el moreno soltaba cualquier palabra tierna hacia su persona, no podía evitar suspirar patéticamente apoyada en el mostrador de la tienda, en espera de que los dos días que quedaban para el fin de semana pasasen volando.

El que le pidiese su ayuda le sonaba sospechoso, la parte mas racional de su mente le advertía que aquello no iba de la mano de sus ilusiones, pero el que le dijera que moría por verla opocaba cualquier otra cosa en su mente y le molestaba, le molestaba crear una dependencia emocional hacia su amigo, que cualquier cosa que diga influya de tal manera en su humor natural.

Por otro lado, la relación con su nuevo amigo castaño iba viento en popa, no habían vuelto a tocar el tema de aquella noche, Naoko no quiso torturarlo con todas las preguntas que tenia rondando su mente, pero se encargo de hacerlo sonreír la mayor cantidad de veces posible mientras estuviera con ella. Ambos intentaban hacerse tiempo para pasar juntos, lo cual cambiaba la monotonía en la que la chica se estaba acostumbrando a vivir. Y si no fuera porque tenia entrenamiento hasta tarde, seguramente el joven estaría molestándola en la tienda donde trabaja.

La pequeña campanilla de la puerta sonó, anunciando la entrada de un nuevo cliente, Naoko pudo ver como perezosamente se asomaba el capitán del Karasuno, cansado probablemente por las practicas, su divina presencia indicaba el fin de su horario de trabajo, ya que el dueño seguramente entraría en nada por la puerta trasera. Daichi la miro y le sonrió a modo de saludo, el cual la joven le devolvió, para luego ver como se internaba en los pasillos. Al poco tiempo lo vio salir con varias bolsas de comida y alguna que otra bebida, acercándose para que la castaña le cobre.

-Buenas noches jovencito- Saludo de forma cordial Naoko.

-Buenas noches señorita- Le devolvió el saludo, sonriendole.

-Son 650 yenes, pero como es un cliente amigo le haré un descuento de un 0.01%-

-¡Uff! Me viene genial, ese centavo se me iba de presupuesto- Comento riéndose.

-Siempre a servicio del cliente-

Daichi volteo los ojos divertido, luego tomo las bolsas y salio en busca de su equipo para poder comer juntos, desapareciendo de la vista de la joven. A los pocos segundos entro Ukai, con la paga del día en mano, ella lo tomo gustosa y le devolvió las llaves del local, le saludo amablemente antes de irse ansiosa por llegar a casa. Deseaba terminar con ese día cuanto antes, pues esto implicaría menos tiempo de espera para el dichoso sábado, donde vería a Tetsurou nuevamente.

𝒮𝒾𝓁𝑒𝓃𝒸𝒾𝑜.  [Haikyuu]Where stories live. Discover now