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Volvía a ser lunes por la mañana, la rutina se hacia presente en la vida de la mayoría, y con ello Naoko debía volver al instituto tratando de reprimir el sentimiento agridulce que le había dejado ese fin de semana con Tetsurou. Había perdido el bus que tomaba regularmente, cosa que desequilibraba totalmente su día, estaba acostumbrada a llegar temprano y tener tiempo para pasearse por donde quisiera antes del comienzo de clase, ahora estaba limitada a ir directo a su clase y esperar los cinco minutos que tardaba en aparecer el profesor de filosofía.

Cuando entro por la puerta deteriorada de su curso se encontró con Kenji ya posicionado en su asiento, aun lado de ella, con esa cara de muerto que llevaba todas las mañanas, la posibilidad de reírse de el le aseguraba un buen día.

Se sentó en su lugar correspondiente, estirando su mano para alborotar los cabellos del castaño esperando que esté despegara su cara de la almohada que había improvisado con sus brazos. La cara de desagrado no se hizo esperar, era demasiado temprano como para que su amiga empezara a molestar, por ello decidió ignorarla y dar vuelta su cara. La llegada de su profesor no le permitió quejarse a la castaña, comenzando con la tediosa rutina escolar.

René Descartes no era su tema preferido en aquella materia, pero si hay algo que la había dejado pensando era aquella explicación que dio su profesor para la tan famosa frase de aquel filosofo, "pienso, luego existo", nunca en su vida la había entendido ¿En que pensaba? ¿Porque existía? No había correlación en esas tres palabras para ella, hasta que el hombre que le dictaba clases dejo todos los engranajes de su escaso cerebro funcionando.

-Pienso en mi existencia, por ende existo, si yo no pensara que existo, entonces, ¿Existiría? ¿Como podría saberlo? existimos por la capacidad que tenemos de pensar, si no pensáramos, si nuestra mente estuviese constantemente en blanco, si la palabra existir y todo lo que significa, no estuviese aprendido en nuestra mente y no lo pensáramos constantemente, ¿Existiríamos?- Era lo único a lo que había prestado atención de toda la palabrería que soltó su profesor en una hora de clase.

Fue entonces cuando la mejor idea que podría haber pensado cruzo su mente, si no pensaba en los sentimientos que tenia por su mejor amigo, entonces estos no existirían, ¿Verdad?. Bueno, tal vez era la peor idea que se le cruzo, pero intentarlo no le costaría mucho, solo debía ocupar sus pensamientos en cualquier otra cosa, para que el joven de cabellera negra no tuviese lugar en ningún recoveco de su mente.

Pero lamentablemente las únicas formas que conocía de borrar cualquier tipo de pensamiento no eran las mas sanas, ni eran aquellas a las que quisiera volver después de tanto tiempo intentando dejarlas.

El chasquido de unos dedos delante de sus ojos la saco de sus pensamientos, Futakuchi la miraba con esa sonrisa ladeada que acostumbraba a tener cuando iba a soltar algun comentario sarcastico, aunque esta vez, en lugar de soltar acido por sus labios, solamente golpeo con su indice la frente de la castaña.

-Ya toco el timbre del recreo- Le aviso el  mas alto.

-Por fin, no soportaba mas tanto palabrerio existencial- Se quejo Naoko.

-Pero si ni siquiera lo estabas escuchando-

-Tu calla, interrumpía mi paz- Se justifico.

El castaño soltó una leve risa volviendo a sentarse en su lugar, sacando su teléfono para teclear palabras sin sentido para la castaña.

-¿Tienes entrenamiento esta tarde?- Consulto ella, solo por sacar algún tipo de conversación.

-Nop, nos dieron día de descanso- Respondió, sin levantar su mirada del aparato.

-¡Que envidia!- Dijo apoyando su cuerpo dramáticamente sobre el pupitre- Yo si tengo que trabajar-

-Bueno, debe ser algo entretenido ver tanta gente circular, seguro ya a alguien se le cayeron las cosas de la estantería pasando ridículo- Comento sonriendo.

-Que va, si luego tengo que limpiar yo- dijo desanimada, apoyando su rostro en una de sus manos, mirándolo directamente a los ojos se le ocurrió una idea- ¿Y si me acompañas hoy en el negocio?-

-¿Eso se puede?- Cuestionó

-Como poder, no se puede, pero mi jefe hoy tiene que entrenar a su grupo, así que no se enterara, sobreviviremos si no te mandas ninguna cagada-

-Bien bien, me convenciste pequeña insolente- Respondió, sonriendo mas de lo que se esperaría normalmente de el.

El día transcurrió sin mayores inconvenientes, luego de la jornada de clases se dirigieron entre risas y golpes amistosos hacia el local de alimentos en el que Naoko trabajaba casi todos los días, le explico la forma en que funcionaba todo, desde el orden de las góndolas hasta la majestuosa caja que registraba las compras. Kenji ayudo en todo lo que pudo, moviendo cajones con botellas y apilando las galletas, obviamente pidiendo a cambio una recompensa al final del día.

Faltaban escasos minutos para que apareciera el dueño del negocio junto a sus estudiantes para cerrar finalmente el negocio, antes de que el reloj diera las diez de la noche Naoko tomo dos cervezas, un paquete de cigarros y las galletas favoritas de su amigo, pagando todo con parte de su sueldo del día.

Mientras la joven castaña le entregaba las llaves a Ukai y le daba los detalles del día, Kenji esperaba paciente bajo un árbol, observando al alterado grupo de adolescentes que conformaban el equipo de voley de Karasuno. Una vez terminada la charla con su jefe, se acercó al joven sonriendo levemente, indicándole con su mano unos bancos justamente en la vereda de en frente.

Naoko le ofreció tanto una de las latas de bebida alcohólica como las galletas, las cuales el castaño acepto sin rechistar.

-Si vas a hacer esto siempre voy a  ayudarte mas seguido- Comenzó la conversación el joven, abriendo el paquete de galletas de chocolate.

-Te vendes por muy poco, me viene bien la mano de obra barata- respondió con sorna la chica.

-La proxima cobro por porcentaje linda-

-La proxima te esclavizo más guapo-

-Si es sexualmente no me quejo- le guiño un ojo al decir.

-Callate, tonto- La castaña le golpeó el hombro jugando, a lo cual el castaño respondió empujándola levemente.

Se formo repentinamente un cómodo silenció, ambos miraban la calle donde pocos autos circulaban, Naoko prendió un cigarro, exhalando el humo en un medio suspiro, miro de reojo a su acompañante, quien tenia la vista perdida en los arboles del lugar. La castaña extendió su brazo, ofreciéndole del cigarro al joven, quien se sorprendió por el repentino acto, se la quedo mirando un poco dudoso.

-Me vas a llevar por mal camino- Le dijo en chiste, mientras aceptaba-

-Una vez al año no hace daño-

El silencio volvió a reinar, uno donde ambos compartían aquel tabaco que, extrañamente, lograba relajarlos, a pesar de que al inexperto le quemara un poco la garganta y se sintiese extraño, aquella estupidez lo hacía pensar en otra cosa que no fuese sus problemas, solo se preocupaba por quedar bien delante de su amiga sin tocer en el intento.

-No quiero volver a casa- Soltó de repente Kenji.

Naoko lo miro, esos ojos tristes eran los mismos que tenia ella hace un año, cuando de igual forma nunca queria volver a aquel lugar que llamaba hogar, pero sabia que esta vez su amigo no lo hacia por un capricho como ella, habia algo realmente mas profundo detrás de un simple drama adolescente, y ella no pensaba dejar a su amigo solo en eso.

-Puedes venir a dormir a mí casa- Esas simples palabras de la castaña habían hecho volver el brillo habitual de los ojos del castaño.

Él, como pocas veces hacia, le sonrió con sinceridad, agradecido por haberlo entendido sin hacer preguntas, realmente esa molesta y extraña chica nueva lo hacia sentir mejor.

Ella, por un momento, se olvido de sus sentimientos por aquel moreno de cabellos despeinados, dejándose llevar por el agradable ambiente de tener un amigo acompañando sus días.
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Sin corregir (:





𝒮𝒾𝓁𝑒𝓃𝒸𝒾𝑜.  [Haikyuu]Where stories live. Discover now