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El balón de colores llamativos se elevo con parsimonia, perdiéndose lentamente en los tintes de luz que generaba el sol en su horario de mayor esplendor, posteriormente haciéndose presente de nuevo por culpa de la gravedad, siendo su calma corrompida por el golpe seco de una áspera mano. Daichi había sacado.

Del otro lado de la red el balón busco a su oponente mas débil, la castaña de mala postura y poca experiencia, la cual recibió dificultosamente aquel esférico que iba con menos fuerza de la que iría contra un verdadero oponente, pero que igualmente la dejo de culo en el piso. Aun así Naoko se levanto lo mas rápido que pudo, acercándose a la red en espera del pase de su compañero. Kuroo elevo el balón con una altura considerable permitiendo que la joven tenga tiempo de acomodarse para rematar, ella lo hacia desde el piso, no tenia la experiencia para coordinarse en un salto.

De cualquier forma era lo de menos, la estrategia de su equipo no eran los pésimos remates de la chica, se estaban aprovechando de la habilidad de Kuroo para bloquear cualquier ataque y de la insistencia de Naoko para no dejar que nada toque el piso, aunque tenga que tragarse piedras en el suelo por ello. También se estaban aprovechando del pobre Asahi, que se compadecía de la chica.

A pesar de ser un pequeño partido improvisado, habían acordado que el primero en llegar a 25 puntos ganaba. Iban empatados 20 a 20 cuando Kuroo les dio la delantera con un bloqueo a su equipo, inmediatamente su amiga se tiro al suelo y adjudico que estaba cansada, que por ende el partido terminaba ahí y ella se llevaba la victoria. Esto desencadeno una discusión entre ella y Daichi que no parecía tener fin, el de coleta a pesar de saber que era una injusticia no tuvo problema en dejarles por ganado el partido, pero su amigo no estaba dispuesto a dar el brazo a torcer.

-Eres una tramposa- La acuso él

-Y tu un mal perdedor- 

-Hubiese ganado si no hicieras trampa, ademas estaba golpeando mas leve porque eres pésima jugando.

-No intentes justificar tu falta de fuerza, enclenque.

El moreno termino riendo, se había rendido hace media discusión, pero le divertía mucho lo peleadora que podía ser esa joven, la mayoría de las chicas que conocía simplemente se hubiese disculpado o no habrían querido hacer trampas desde un principio, pero ella estaba ahí, defendiendo a muerte los resultados de un partido que en realidad a ninguno le importaba, tomándose el atrevimiento de cuestionarlo a pesar de ser un año mayor y haberlo conocido hace apenas una semana.

Naoko se encontraba sentada en el verdoso pasto, junto con Asahi a su lado y Tetsurou en frente, el único de pie era el moreno de cabello corto, que se termino sentando junto a la castaña al ver las señas que esta hacia. Ni bien Daichi se sentó a su izquierda ella paso su brazo por sus hombros, despeinandolo mientras el se quejaba.

-Tranquilo, algún día podrás vencerme pequeño- Dijo, mientras dejaba en paz su pobre melena.

-Terminaras haciéndolo enojar y da miedo- Comento Asahi, temblando levemente.

-No te preocupes Asahi, yo te protegeré de esta bestia- Le sonrió Naoko, haciéndolo sonrojar.

-¿Y a mi no me protegerás?- Kuroo arrugo el ceño, fingiendo estar celoso.

-Si me deshago de ti mejor-

-¡Eh! que injusta eres, me dejaras en manos de este sádico- 

-Pueden dejar de hablar de mi como si fuera un monstruo- Daichi se cruzo de brazos, indignado.

Naoko rio con ganas al ver su berrinche- Te hace falta una novia para dejar de ser un malhumorado-

-¿¡Y quien dijo que no la tengo!?- Se estaba empezando a frustrar, hasta Asahi se estaba riendo de él.

-¿Quizás el que estés pasando un sábado con una chica molesta y tu genial enemigo?- Consulto Kuroo, sonriendo de lado.

-Son insoportables- Exclamo el moreno.

Naoko se arrastro unos centímetros en el pasto, acercándose mas a Asahi para agarrar su brazo, abrazándose de este - Tu eres menos amargado que tu feo amigo-

El grandote de coleta se rió tímidamente a la par que Naoko y Kuroo estallaban en risas nuevamente, Daichi intento ofenderse con la chica pero termino riendo también, extrañamente ese improvisado grupo que se había formado lo habían hecho sentir cómodo, no podía negar que era poco común pasar una tarde con tu enemigo innato en el deporte que amas y con una chica que a penas conocía, y ya le faltaba el respeto constantemente, pero le agradaba ese ambiente que se genero espontáneamente.

Se estaba haciendo tarde, por lo tanto el improvisado grupo de cuatro decidió emprender camino para volver a sus respectivas casa, los dos jóvenes de Karasuno, luego de haber intercambiado numero con la chica, decidieron acompañar a los dos amigos a la casa de la castaña, una vez ahí se despidieron prometiendo estar en contacto y se fueron, dejando a los otros dos solos nuevamente.

Cenaron con la familia de Naoko como de costumbre, con algunas peleas por parte de las dos mujeres de la casa, involucrando de vez en cuando al joven. Una vez terminada la cena ambos se encerraron en la habitación de la joven para ver un par de películas.

-Te gusta Sawamura- Solto Kuroo, mientras se cambiaba su ropa por la pijama.

-Tienes un baño para hacer eso- Comento, señalando sus boxers de gatitos- Solo me atrae-

-Te encanta verme así-

-En tus sueños húmedos, Tetsu-

El nombrado se limito a sonreír- En lo que estábamos, ¿Desde cuando te guardas esas cosas?-

-Hay algo en el que me dice, no lo hagas, ¿Sabes? Siento que es muy inocente, de esos que creen en el amor a primera vista- Explicó.

-Si le dices las cosas tal cual las ves no creo que haya problema, un hombre nunca se niega a una noche loca- Sonrió de lado, pícaro.

La castaña solo atinó a negar divertida, si tan solo supiese que el principal motivo por el que no lo intentaba con otra persona era porque estaba enamorada de él.

Llevaba meses intentando borrar a Kuroo Tetsuro de su mente sin éxito.













𝒮𝒾𝓁𝑒𝓃𝒸𝒾𝑜.  [Haikyuu]Where stories live. Discover now