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Volvía a ser lunes por la mañana, le tocaba fingir que no había quedado destrozada luego de ese fin de semana explosivo, había ignorado cada mensaje preocupado de su amigo, pues no estaba preparada para afrontarlo aun. No se sentía cómoda con cruzarse con algún conocido, así que decidió tomar el bus que la dejaba con el horario justo en su preparatoria, por mucho que hubiese preferido no ir se obligo a aparentar ante su familia que todo estaba bien.

No esperaba cruzarse con ninguno de sus amigos del Karasuno, sin embargo ahí estaba sentado el joven capitán, se veía casi tan en la mierda como ella cuando se sentó a su lado sin decir nada, estuvieron unos segundo así, en silencio, sintiendo la presencia amargada del otro.

-Parece que no fui el único con unos días de mierda- Se animo a empezar la conversación Daichi, dejando de lado su habitual educación, estaba peor de lo que imaginaba.

-Le solté que estaba enamorada de el después de que dijese que me ve como una buena amiga- Soltó sin gracia.

-Michimiya se puso de novia-

Naoko se rio sin ganas, contagiándolo al joven, eran dos asquerosos enamorados sin oportunidad alguna.

-Eso si que es una mierda-

-Quería que nos viésemos hoy antes del entrenamiento matutino para contármelo con detalles, no fui capaz de ir-

-¿Sabes que si vas al instituto te la cruzaras tarde o temprano verdad?-

-No podía faltar, bastante se preocupo mi madre porque falte al entrenamiento, justo yo, el capitán obsesionado con el voley- La frustración se sentía en cada palabra que soltaba el muchacho.

La castaña prefirió no decir nada, buscando cualquier idea en su cabeza para desaparecer del mundo por un rato, para poder jugar a que estaba bien, a que no tenia ganas de llorar al punto de quedarse sin agua en el cuerpo, pero el mundo quería reírse de ella, el bus se acercaba a lo lejos, quedaban apenas tres cuadras para que quede en su parada, lo miro fijamente mientras recalculaba sus posibilidades. Daichi estaba a punto de ponerse de pie antes de Naoko soltara unas palabras mágicas para su propio dolor.

-¿Y si faltamos hoy?-

-¿que?-

-Si esperamos media hora mas no habrá nadie en mi casa, podríamos pasar el día ahí- Explico ella.

Sawamura se lo pensó seriamente, nunca antes había faltado a una sola clase a menos que estuviese enfermo, incluso había llegado a ir igual a pesar de tener fiebre en alguna ocasión, sus padres lo habían educado para ser una persona perfectamente responsable, era totalmente inapropiado hacerlo, mas si solo era por un estúpido sentimiento adolescente, pero deseaba con tantas ganas desaparecer y su compañera le generaba una confianza impresionante para animarse a hacer lo impensado para el.

Sin decir nada el joven tomo la mano de su amiga y se alejo de la parada sin rumbo especifico, esperando hacer tiempo para poder ir a su destino, se sentía observado aunque fuese improbable, como si su familia tuviese una mirada omnipotente de sus actos, pero ya era tarde para arrepentirse de aquello, en algún momento de su vida debía romper aquellas normas impuestas que jamás pidió tener.

-Pensé que no aceptarías- Comento la joven, mientras se dejaba llevar.

-Yo también, pero me siento de la mierda- 

-Somos dos- Afirmo ella, mientras entrelazaba sus dedos con los del mas alto, intentando mostrarle su apoyo.

De camino a la casa de la castaña compraron un poco de helado, por petición de la joven, y algunas cosas mas sanas para desayunar, por petición del muchacho, no hablaron mucho en el camino ya que ninguno de los dos se sentía con el animo de hacerlo, estaban ahí para hacerse compañía mutua aunque fuese en silencio.

Una vez en la puerta de su hogar ambos entraron tranquilamente, Daichi observo todo con cuidado, siendo la primera vez que veía el lugar desde dentro, mientras la castaña guardaba el helado en la heladera para mas tarde el joven se encamino a su cuarto bajo las indicaciones de ella, esperando de pie allí sin saber muy bien que hacer.

Cuando ella entro lo tomo de la mano sin pedir permiso, tal como lo había hecho el anteriormente, lo guio hasta su cama y se acostó en ella sin mucho cuidado siendo seguida por el mas alto, al principio fue un tanto incomodo, pues el no sabia muy bien que hacia allí en verdad, hasta que Naoko se animo a abrazarlo, haciéndolo sentir un poco mas cómodo. El le hacia caricias en el pelo, mientras ella le hacia leves caricias en su pecho, estuvieron así por un buen tiempo esperando que ambos se sintiesen mejor para poder comer algo.

-Gracias- Pronuncio con cuidado.

-¿Por?-

-Por hacerme sentir un poco mejor, es la primera vez que estoy así con alguien, se siente bien- Explico él.

-Para eso están los amigos- Sonrió ella.

Sawamura no pudo evitar sonreír también, todo se sentía tan diferente a su lado, a penas se conocían, pero lo hacia sentir como si llevasen una vida entera siendo amigos, nunca había sido tan sincero con alguien sobre si mismo, ni siquiera con su mejor amigo, podía ser tan vulnerable como quisiera sin sentirse juzgado, tan acompañado en el mayor de los silencios, tan libre en cada una de sus peleas sin sentido, ahí, solo con ella.

-Ojala me gustases tu- Dijo sin pensar el moreno, arrepintiéndose casi al instante por miedo a como tomase eso la joven.

-Puedo decir lo mismo- Contesto sin miedo ella, sorprendiéndolo.

Naoko apoyo su brazo en la suave cama para poder mirarlo directo a los ojos sonriendo, provocando que el ría con un tinte de tristeza, en ese preciso momento los ojos de ambos brillaron en complicidad, la joven sintió el impulso de besarlo, se veía tan tierno ahí, siendo solo el, sin el titulo de capitán, sin esa mascara de perfección que llevaba a todos lados, no lo pensó mucho antes de hacerlo, junto sus labios con los del muchacho en espera de su reacción.

Él no se lo había esperado para nada, sin embargo no tardo mucho en corresponder su acto, el tampoco lo pensó mucho al hacerlo, la chica era linda, no podía negarlo, no lo ponía nervioso como lo hacia la presencia de la capitana del equipo de voley y sabia que el tampoco era el capitán que ella tanto deseaba, pero eso no hacia aquel beso menos sincero, ambos tenían muy claro los sentimientos del otro como para confundir las cosas.

Cuando el beso termino no pudieron evitar reírse con algo de vergüenza. Naoko pensó en que decir, quizás en disculparse por haber sido tan impulsiva, sentía que podría haberlo obligado indirectamente, pero sin dejarla pensar de mas fue el quien la beso nuevamente, esta vez con mas ganas que la anterior.

Pasaron la mañana así, entre besos y caricias que no fueron mas allá de dos amigos mal enamorados.

-Podríamos ser amigos con derecho- Dijo ella, un poco en chiste.

-No me parece mal- Le respondió él, sonriendo cómplice antes de besarla de nuevo agarrando levemente su cintura.

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Amo a Daichi, nada mas que decir.

-Sin corregir.














𝒮𝒾𝓁𝑒𝓃𝒸𝒾𝑜.  [Haikyuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora