Ésta estaba vacía, y daba gracias a Dios que estuviera abierta. Hacía igualmente mucho frío en el lugar debido al aire acondicionado. Habían muchas vitrinas, enseñando varios colgantes, anillos, pulseras, collares y hasta relojes y diamantes.

Se acercó al encargado del lugar, que desde que había entrado no había dejado de seguirlo con la mirada. Bajó su cubrebocas y dió una leve sonrisa.

— Buenos días —dio una pequeña reverencia—. Disculpe, pero quisiera comprar un colgante.

— Buenos días —el encargado, un señor rozando los 80, respondió su saludo—. No hay problema, ¿alguna preferencia?

— Bueno... —pensó—. Si no es molestia quisiera que la cadena sea de plata, que tenga un dije que diga "Mi amor", y además de eso, que traiga un anillo.

— Entiendo, ¿una propuesta de matrimonio?

El menor quedó unos momentos tildado, para luego asentir con lentitud.

— Sí.

— Bien, creo que tengo lo que pide. No creo tardar mucho en hacerlo, máximo media hora. Puede esperar en ese mueble de ahí —señaló un mueble, una tanto largo, a un costado de la tienda.

— Bien, muchas gracias.

Siguió la indicación, sentándose en aquel mueble. Sacó su teléfono y observó la hora.

7 con 29 minutos, creo que estoy a tiempo...

Volvió a guardar su teléfono, cruzando sus dedos sobre su regazo. Cerró sus ojos y se recostó en el sofá.

— Dígame, ¿la ama demasiado?

El pálido se reincorporo de inmediato, afilando su vista y observando con seriedad al de mayor edad.

Después de unos minutos en silencio finalmente contestó.

— Lo amo.

— ¡Oh vaya! no esperé que fuera... ya sabe.

— ¿Acaso le incomoda? puedo irme si gusta —dijo levantándose del mueble, frunciendo su ceño y metiendo sus manos en sus bolsillos.

— ¡N-no para nada! no soy homofóbico, es sólo que me sorprende —explicó el anciano, volviendo a su trabajo mientras que el menor volvía a sentarse—. Además, mi hijo también es homosexual.

— Entiendo.

— Dígame, ¿cómo lo conoció? —preguntó, aunque luego pareció retractarse—. Disculpe, creo que me estoy metiendo mucho.

— No, no se preocupe —sonrió con suavidad, desviando su vista a la ventana templada tras el—. Un día salí de mí trabajo por un café, quería ir a una cafetería ya que los de mi trabajo saben horrible, en el camino lo ví, él iba delante de mí... y aún estando el de espaldas a mí, supe que él era hermoso. Cuando me acerqué, fingiendo que no sabía hacia donde quedaba la cafetería, supe que estaba en lo cierto. Él me llevó hasta la cafetería y hablamos. Él es tan dulce, divertido, cálido... —calló, bajando su vista a sus manos—. Él... en éstos momentos no está conmigo.

— Ya veo... ¿se considera afortunado?

— Mucho.

[ • • • ]

Llegó a un florería, entrando a ésta con tranquilidad y observando todo los tipos de flores a su alrededor.

Desde camelias hasta margaritas y rosas.

— Disculpe, ¿qué se le ofrece? —una chica, de alta estatura, salió de una pequeña habitación tras el mostrador, sonriéndole coquetamente al mayor.

Yoongi observó por unos momentos a la encargada, para después posar su vista directamente en las camelias.

Se acercó a un perfecto ramo de éstas, ya arreglado. Lo tomó en sus manos y aspiró suavemente el aroma de las flores.

— Me llevaré éstas —despegó su vista del ramo para acercarse al mostrador y extender el ramo, sacando su billetera.

— Éstas están un poco caras, son 1.000.000 ¥ —el tono de la chica, en vez de mostrar "amabilidad" demostró estar lleno de diversión, tal vez pensando en que el pálido no tendría lo suficiente como para llevarle a su "novia" el ramo.

Que equivocada estaba.

— Me lo llevo —respondió desinteresado, sacando los billetes y dejándolos sobre el mostrador.

— ¡A-Ah, Ok! —entre la sorpresa y molestia buscó un poco de papel para envolver el ramo y así éste no sufriera daños—... Asi que, ¿es para tu novia? —preguntó, aparentando estar "enternecida y desinteresada".

— Para mi novio.

Y Yoongi salió de aquella tienda con las flores en su mano derecha, teniendo una sonrisa plasmada en su rostro al recordar la cara de la chica distorsionandose debido al asco.

Pero estaba bien, a él no le importa lo que opinaran los demás de él.

El amaba a Leo, y desde que comenzaron a salir lo dejó en claro; "No me importa lo que digan los demás, sea famoso a no, yo te amo, y es mi decisión estar contigo. Y si tengo que salirme de Big Hit para estar contigo, ten en cuenta que no dudaré en hacerlo"

Stop Sleep, Please. [Min YoonGixMale!reader]Where stories live. Discover now