"Nadie"

256 22 0
                                    

Capítulo 34

Sin darme cuenta me había quedado dormida, pero tan solo fue por unos escasos cinco minutos antes de que un fuerte ruido me despertara, todo mi cuerpo dolía. En esos dos días que llevaba secuestrada me habían golpeado, cortado e insultado como nunca antes aunque había cosas que ya ni me dolían.

-Levántate idiota tenemos noticias para ti. –Dijo Taylor entrando al cuarto en el que me encontraba.

-Tus amigos están buscándote. –Dijo Johnson. –Pero irán al lugar equivocado. –Agregó riendo.

Mantuve mi cabeza agachada todo el tiempo, no quería mirarlos a los ojos, ya no podía.

-¿No te pone mal saber que los inútiles pueden llegar tarde? –Dijo Taylor y aunque no la veía sabía que estaba sonriendo.

-Ya me da igual. –Dije levantando mi mirada. –De todas formas esto era lo que querías ¿No? Verme así, con la cara casi desfigurada, mi estómago cortado y sin fuerzas para oponerme a lo que quieras hacer de mí.

Todo se volvió silencio, Taylor tenía una enorme sonrisa en el rostro dejando ver sus blancos dientes mientras que Johnson se encontraba a su lado mirándome con el ceño fruncido; como si supiera que en cuanto pudiera me escaparía o mis amigos me encontrarían fácilmente pero no era así, me había cansado de poner resistencia sabiendo que de todas formas terminaría peor de lo que estaba.

-Tranquilo Max, no me iré a ningún lugar, ya ni si quiera le veo sentido el intentar escapar. –Dije mirando hacía un costado. –Ya me tienen como me querían, sola, sin esperanzas y nadie para que intente salvarme.

-Bien, pero esto no termina aquí Dawson. –Dijo Taylor retirándose de la habitación dejándome sola con Max.

-Hace mucho tiempo no me decías Max. –Dijo casi en un susurro.

Volví mi vista hacía él.

-Desde que dejamos de ser amigos solo me llamas por mi apellido. –Dijo mirándome.

No dije nada, solo lo mire. Ambos habíamos cambiado, Max ya no era ese chico débil que teníamos que defender con Taylor, Clohe y Hanna, ahora tenía sus músculos un poco marcados y su cabello corto con el flequillo en punta dejando ver sus ojos avellanas.

-Has cambiado Mari.

-Tú también, todo el mundo cambia Max, no siempre vamos a ser los mismos. –Dije luego de un largo silencio.

*Narra Hanna*

-¡Corran idiotas! –Grité.

Me estaba cansando de que no nos siguieran el paso a Clohe y a mí.

Llegamos a la maldita guarida y como habíamos acordado entramos por detrás, dos de los ayudantes de Taylor estaban allí, Clohe y yo los golpeamos en la cabeza logrando que cayeran al suelo inconsciente; Luke nos miraba un poco aterrado por lo que acabábamos de hacer.

-Guíanos Clohe. –Dije mirándola.

-Por aquí. –Dijo comenzando a caminar.

-Estamos dentro.

-Esperamos tu señal.

Caminamos por un pasillo estrecho y oscuro hasta que llegamos a una puerta de madera, Clohe empujó un poco la puerta y esta se entreabrió, dejándonos escuchar la voz de Johnson del otro lado.

-Ya pueden entrar, Johnson está aquí.

-No creas que saldrás viva de esto Dawson.

La voz de Mari no se escuchaba seguramente estaba amordazada, Clohe me hizo una seña para que poco a poco nos adentráramos a la habitación.

-Ustedes vigilen que ningún otro ayudante llegue. –Dije en un susurro mirando a Mike y Luke.

Estos asintieron y se giraron para vigilar mientras Clohe y yo nos escabullíamos silenciosamente dentro de la habitación, pero no había nadie solo Johnson con una sonrisa cínica en su rostro.

-¿Creyeron que seriamos tan idiotas de tenerla aquí? –Dijo soltando una sonora carcajada.

-Pero que demo… –Dijo Clohe antes de que Johnson la cortara.

-No hay nadie aquí, todo fue una trampa. –Dijo abriendo sus brazos. –Apúrense si no quieren que no vuelva a ver la luz del sol.

No espere más y me abalance sobre él, golpee su rostro hasta que me cansé, cuando pensé que no pondría resistencia me jaló del cabello haciéndome quedar debajo de él; Clohe corrió a buscar a los demás mientras yo luchaba por salir debajo suyo.

Mi puño choco contra su mandíbula haciendo que su cabeza girara, pero rápidamente la volvió hacia mí.

-No debiste hacer eso Hanna. –Dijo sonriendo.

Estaba a punto de golpearme pero Niall y Zachary lo lanzaron lejos de mí y lo sostuvieron mientras él intentaba escapar.

-Escúchame bien maldito bastardo porque lo voy a preguntar solo una vez y puedo estar lo que queda del día golpeándote para que respondas. –Dije acercándome a Johnson. – ¿Dónde la tienen?

-¿Qué te hace pensar que te diré?

-Está bien Max. –Dije sonriendo abiertamente.

-La casa abandonada allí la tiene. –Dijo finalmente Max.

-Sabía que podíamos razonar contigo Max. –Dije con una sonrisa en mi rostro.

Se preguntaran que le hice, bueno simplemente le devolví un favor de la vez que lastimaron a Clohe.

*Narra la escritora*

Después de dos días de búsqueda finalmente saben dónde está Marilyn.

Max Johnson no tuvo tiempo de decirle a Taylor que ya sabían dónde la tenían ya que Zachary se encargó de destrozar su celular y encerrarlo en aquella habitación de tortura sin escapatoria teniéndolo vigilado hasta que la encontraran. Por órdenes de Hanna fue él quien tuvo que quedarse a vigilarlo.

Todos fueron a sus respectivas casas, excepto Hanna y Clohe que se dirigieron a la casa de Marilyn. No sabían bien porque pero allí estaban las dos en la habitación de su mejor amiga mirando sus fotos y las frases detrás de estas.

“Luke:

En verdad lamento ser tan difícil, esa es la única palabra que encuentro para definirme, difícil en cuanto a mi forma de ser, mi manera de pensar, soy difícil de tratar, de querer, de soportar, créeme que sé que lo soy.”

Un pequeño trozo de papel en el que se distinguía la letra de Marilyn tenía aquellas palabras escritas. Las amigas miraron esa pequeña carta y se preguntaron si ella se las había dicho o si él alguna vez vio esto.

Luke por su parte estaba totalmente en silencio mirando las estrellas desde el patio trasero de su casa pensando en ella.

-Deberías venir a buscar a tu hija. –Dijo nuevamente esa voz a la que Frank ya se había acostumbrado a escuchar desde que supo que Bárbara había dejado sola a Marilyn.

-En dos días iré por ella. –Dijo antes de colgar.

¡Cuidado no te enamores! |Luke Hemmings|Where stories live. Discover now