Malfoy palideció y retrocedió de un salto, buscándolo con la mirada, pero Moody estaba todavía sentado a la mesa de los profesores, terminándose el guiso.
-Eres un huroncito nervioso, ¿eh, Malfoy? - dijo Hermione mordazmente, y con ella, Harry y Ron empezamos a subir por la escalinata de mármol riéndonos con ganas.
- Me lo tenía merecido - comenta Draco.
- Lo divertido de eso era que Hermione ya ni dudaba en ponerte en tu lugar - le digo en cambio.
- Desde que lo golpee... creo que desde ahí empecé a sentirme así de segura - agrega ella.
- Nunca voy a superar ese momento - le dice Ron.
-Hermione - exclamó de repente Ron, sorprendido -, tus dientes...
-¿Qué les pasa?
-Bueno, que son diferentes... Lo acabo de notar.
-Claro que lo son. ¿Esperabas que siguiera con los colmillos que me
puso Malfoy?-No, lo que quiero decir es que son diferentes de como eran antes de la
maldición de Malfoy. Están rectos y... de tamaño normal.Hermione les dirigió de repente una sonrisa maliciosa, y Harry también se dio cuenta: aquélla era una sonrisa muy distinta de la de antes.
-Bueno... cuando fui a que me los encogiera la señora Pomfrey, me puso delante un espejo y me pidió que dijera «ya» cuando hubieran vuelto a su tamaño anterior - explicó -, y simplemente la dejé que siguiera un poco. - Sonrió más aún-. A mis padres no les va a gustar. Llevo años intentando convencerlos de que me dejaran disminuirlos, pero se empeñaban en que siguiera con el aparato. Ya saben que son dentistas, y piensan que los dientes y la magia no deberían... ¡Miren!, ¡ha vuelto Pigwidgeon!
- Sin dudas la magia les facilita demasiado la vida - comenta mamá bajando su libro.
- Por eso los nacidos de muggle o los metizos sabemos manejarnos tan bien en ambos mundos - le respondió Harry.
- A nosotros nos criaron así - agrega Teddy.
- El abuelo dijo que no le fue fácil adaptarse a no usar su varita - comenta Al.
- Una vez que la recuperó, no desperdició sus oportunidades para volver a usarla - les digo divertida.
El mochuelo de Ron, con un rollito de pergamino atado a la pata, gorjeaba como loco encima de la barandilla adornada con carámbanos. La gente que pasaba por allí lo señalaba y se reía, y unas chicas de tercero se pararon a observarlo.
-¡Ay, mira qué lechuza más chiquitita! ¿A que es preciosa?
-¡Estúpido cretino con plumas! -masculló Ron, corriendo por la escalera para atraparlo -. ¡Hay que llevarle las cartas directamente al destinatario, y sin exhibirse por ahí!
Pigwidgeon gorjeó de contento, sacando la cabeza del puño de Ron. Las chicas de tercero parecían asustadas.
-¡Marchense por ahí! - les espetó Ron, moviendo el puño en el que tenía atrapado a Pigwidgeon, que ululaba más feliz que nunca cada vez que Ron lo balanceaba en el aire - Ten, Harry - añadió Ron en voz baja, desprendiéndole de la pata la respuesta de Sirius, mientras las chicas de tercero se iban muy escandalizadas.
- Papá así no debes tratarla - le dijo Rose.
- Esa lechuza no tiene sentido común y no le hacía daño - le responde Ron.
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Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"
FanfictionObviamente, se leerá la historia de Harry Potter en el pasado con las tres generaciones, pero será diferente. La historia que se contará, es la que escribí en mi muro. Está basada en los libros y tiene las alteraciones de mi parte. Quiero que eso q...
86. El baile de Navidad.
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