Por tí

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Massimo

Estaba de pie en la cubierta,de cara al mar,en cómo seguir adelante.
Era cierto que había tenido grandes logros en el camino,y el principal había Sido mi relación con Cristopher.
También había Sido un gran desafío montar el nuevo hotel de la nada,y sentía una gran satisfacción por eso,lo de vender la empresa era una decisión que me mantenía tranquilo de que mi familia estaría protegida económicamente,a la vez podía tomar mi propio camino.
Gracias a eso Cristopher había cambiado,para bien,lo de su nuevo negocio era prueba de ello,pero más era la felicidad que había visto en su rostro. Eso sin duda,era lo más importante para mí.
Le habría dado todo a mi hijo,bueno casi todo..menos una cosa: el amor de Ellen.

Y ahora sabía que no era necesario nuestro acuerdo,su permiso o su renuncia: ahora era Cris quien disfrutaba de sus besos,de su serena belleza,de su inteligencia,de su exquisita sensibilidad.
Todo lo que había querido para mí,ahora lo tenía el..así de simple,así de contundente,así de letal,por eso mi única salida era la resignación..pero por algún motivo no había podido lograr resignarme.

Y allí estaba,mirando al horizonte haciendo evidente mi dolor..como hacia todos los días.
Comía por qué había que comer,dormía por qué había que dormir,y ya casi no trabajaba. Estaba inmerso en mi peor pesadilla y caminaba arrastrando mi pena al borde de la depresion.

Cuando oí mi nombre a mi espalda,al principio creí que era mi mente jugandome una mala pasada, alucinaciones,era lo último que me faltaba. Ni si quiera tuve fuerzas para darme vuelta.
Pero cuando esa voz volvió a gritar "Massimo" un escalofrío me recorrió de la cabeza a los pies,no podía ser...no podía ser ella.
Sin embargo,lo era..lo compróbe cuando termine de darme vuelta.

Si, allí, en el muelle,estaba Ellen,con el cabello al viento y un vestido de verano que transparentaba sus largas piernas. La veía pero no podía creer que estuviera allí.
Pestañee varias veces,para ver si ella desaparecía..pero no,ella seguía ahí agitando la mano para llamar mi atención.

La emoción era tan inmensa que estuve a punto de llorar,preso de la emoción,casi paralizado,me pregunté el motivo de su presencia aquí¿Será para decirme a la cara lo de ella y Cristopher?¿Habría viajado a Siracusa para esto?.
Me obligue a reaccionar,fuera lo que fuese,tenía que enfrentarlo. Y lo haría con la cabeza bien alta, fiel a mi promesa de no intentar manipularla de ninguna forma, respetaría sus sentimientos,sus deseos,sus decisiones,y no la haría sentir mal por eso.

Caminé unos pasos y salí de la embarcación,ni siquiera me moleste en ponerme una camiseta; avanze a ella así como estaba,con unos vaqueros gastados,descalzo y con el torso desnudo.
Mi ansiedad no sabía de reglas de decoro en ese momento,lo único que me importaba era mirarla a los ojos y saber cuánto daño podría llegar a hacerme con lo que tenía que decir.
Antes de alcanzarla pude ver cómo su sonrisa se borró,esa seriedad repentina no era buen augurio y lo sabía,no obstante continue acercándome,y cuando llegue a ella lo único que atiné a hacer fue murmurar su nombre :

- Ellen..

La vi respirar hondo y pestañear varias veces.

- Hola, Massimo.

Así de sencillo,como si nos hubiéramos visto el día anterior.
Trague saliva cuando la mirada de Ellen abandono mi rostro y empezó a descender..su pecho...su vientre..
Sí estaba con Cris y me seguía mirando de esa forma,ya no solo tendría que luchar con mis propios demonios,si no que también debería hacerlo con ella.

-¿Qué haces aquí?

Ellen levantó la mirada por fin.

- He venido a...

No pudo continuar,pues un trueno interrumpió sus palabras.
Y comenzó a llover.

Me quedé mirándola como la lluvia mojaba su cuerpo y amoldaba su vestido.

-¿Vamos a entrar? - pregunto ella a gritos.

-¿Qué?

- ¡ Vamos adentro joder!

No pude evitar sonreír,era fascinante ver a una mujer tan femenina hablar de esa forma.

- Vamos.

Corrimos hacia el pequeño yate,pero cuando llego el momento de abordarlo ella se quedó parada negándose a abordarlo.

- De ninguna manera.

Retrocedí un poco y Vi que la pasarela que unía la embarcación al muelle se balanceaba un poco.

- No tengas miedo,es seguro.

- De ninguna jodida manera.

- Vamos,salta.

- No.

Puse los ojos en blanco,avanze hacia ella y en un rápido movimiento,me la cargué al hombro y cruzamos. Podría dejarme,pero no me negaria este privilegio.
Baje con ella en brazos al interior de la embarcación y la puse al resguardo.
Trate de no mirarla mientras le tendría una toalla,pero a duras penas lo logré.
Le di la espalda mientras me secaba con otra,buscando ganar tiempo para terminar de componerme, para recordar que esta mujer que había Sido completamente mía ya no lo era.

-¿A qué has venido?- volví a preguntar,pero aún sin voltearme,por que todavía no tenía valor para hacerlo.

No fue necesario por que ella fue quien me rodeo.
Se me puso enfrente, demasiado cerca para mí propio bien, y luego levanté la mirada.

Entonces Vi..el deseo.. intenso.

- He venido a comprobar si conservas lo que te he querido quitar la última vez que nos vimos.

trague saliva.

-¿A qué te refieres?

Ella solo sonrió.

- A la esperanza,¿Aún la tienes?

Tu Me QuemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora