No puedo Alejarme

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Narrador omnisciente

Le temblaba la mano cuando la agarro del brazo,le temblaban las piernas,le temblaba todo, nunca se había sentido así,tan fuera de control,tan tremendamente apurado,era una furia poderosa la que dominaba sus actos,no quería sentirse de esa forma,no quería hacer lo que hacía,pero no podía evitarlo.
La hizo girar y la miró a los ojos, vio miedo y deseo,todo junto.

Entonces no pudo más,cerró los suyos un momento y luego la agarro del cuello abarcando ambas mejillas con una sola mano,y mientras ella retrocedía dos pasos hasta que la pared la detuvo.

Le comió la boca sin poder contenerse,la devoró casi son violencia,con una rabia enorme por provocarle eso,esa maldita tentación.

Tenía hambre de ella,había pasado un mes diciéndose así mismo que podía con eso,pero fue verla y flaquear,fue tocarla y perderse.
Simplemente no podía dejar de besarla,ella puso una mano en su pecho,pero no hizo el más mínimo de repeler esa especie de ataque,por el contrario...abrió los labios y le entrego su lengua.

Y gimió,esos gemidos..como anhelaba esos gemidos.
Estaba perdido y lo sabía,cogió la mano y la apartó de su pecho y la pego a la pared,la mordía,lamía,chupaba,se la follaba básicamente con la lengua,la cabeza le daba vueltas, así que le soltó las manos y la aplastó contra la pared con todo el peso de su cuerpo.

- Lo siento..no puedo..no puedo - murmuro

- Te amo.

- No me digas eso,por favor..he intentado cuidarte...he intentado alejarme..pero no puedo...Joder,no puedo..

Sonaba realmente desesperado, pero por primera vez no le importo mostrarse así de vulnerable con alguien.

- Te amo - repitió ella y luego lo besó.

- Dios santo...

Era demasiado, Massimo estaba a punto de colapsar cuando sintió la mano de Ellen apretándole la polla.

- Amo cada jodida cosa de ti,echaba de menos hasta tus groserías...pero esto... Massimo.. esto... realmente lo necesito.

- Joder ellen joder..

Alguien debía poner un poco de cordura,pero estaba claro que no sería el,no pudo evitarlo,por debajo de la de la pequeña falda hurgo entre las piernas de la joven,apartó la bragas e introdujo dos dedos en su interior.

Frotó su barbilla contra el cuello de ella y luego lo mordió,quería más quería oírla gritar cuanto había echado de menos su polla...mierda,quería que le dijera "te amo" al correrse.

Quería el amor de Ellen,no solo su cuerpo.

- Tengo que follarte ahora mismo - siseó con una voz ronca

Pero antes de que ella pudiera decir algo,comenzó a sonar su teléfono.
Se separaron sobresaltados jadeando.

- Es una alarma..- murmuro Ellen- debo ir a buscar a Luz a la escuela.

Massimo dió un paso atrás.

- Te llevo.

- No por favor,no llegaríamos nunca - le dijo mientras tenía la mirada fija en la evidente erección de el.

Le provocó una sonrisa.

- Ve a calsarte.

- ¿Vendrás está noche para continuar con la conversación? - pregunto Ellen con una tímida sonrisa.

- No tengo otra opción,esto está más allá de mi control - le confesó aliviado y avergonzado - Vete por favor antes de que vuelva a perder la cabeza.

- Adoro que la pierdas.

- He estado a punto de violarte, Ellen.

- Imposible, tenías mi consentimiento- replicó ella - Lo tienes y siempre lo tendrás.

"Dios santo..eres letal Ellen,eres adictiva...no puedo estar sin ti".pensó para el pero no dijo nada.

Por primera vez Massimo no se sintió tenso e incómodo cuando comprobó que estaba irremediablemente enamorado.

Tu Me QuemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora