CHAPTER VIII

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Abril, 23
20 hrs
Clinique de L'Alma

Había tomado la siesta que necesitaba para recuperar las fuerzas, pero de todas maneras decidí ir por un café al starbucks más cercano. Al despertarme no había recibido ninguna noticia de Daxton o de aquel que me mandaba los mensajes. Quería ver la forma en cómo comunicarme con Mae, pero habían cosas en contra, tenía que pensar mejor antes de poder actuar.

Tras comprar el café, me dirigí al hospital, era una clínica con muy buena vista, era de las mejores de Francia o al menos eso decía sus padres. Tras lo que le pasó a Daxton, de vez en cuando bajaba la guardia y me concentraba en que estuviera bien, pero siempre había algo que lograra sacarme de la mente a ese muchacho. Sino eran los mensajes, eran personas o autos que pasaban de forma lenta por mi lado en las calles. Quizá ya era paranoia mía de que pudieran hacerme algo o no.

Bebí el café a su totalidad antes de pisar las gradas para ingresar al hospital, sabía que no me dejarían entrar con líquidos que no fueran hechos por ellos mismos. Así que una vez terminé, boté el vaso en un cesto cercano a mi ubicación. Ahora con seguridad ingresé al local en busca de los padres de Daxton. Me tomé el tiempo, ya que no recordaba específicamente donde se encontraban.

Nosotros habíamos hecho un trato. — se le escuchó decir al padre de Daxton. — Tuvimos que cumplirlo, él hablaba en serio. — prosiguió y se le notaba la desesperación en su tono de voz.

Algo en mi me decía que no me acercara y que escuchara, sabía que estaba mal, pero mi instinto de supervivencia se activó. No era normal verlos de esa manera ¿De quién estaban hablando? ¿De qué trato se refería? Me escondí entre unas habitaciones que estaban abiertas y me dediqué a escuchar.

No le podemos hacer eso a ella, mira lo atenta que ha estado con nosotros y con nuestro hijo. — Se quejaba la madre, se le escuchaba acongojada, algo no estaba bien

El padre frustrado resopló. — Sino lo hacemos, la vida de nuestro hijo dependerá de eso. — Mencionó casi con la voz quebrantada. — Ella me cae bien, pero hablábamos de nuestro hijo, él nos lo advirtió y mira como está ahora. — Concluyó tras un sollozo.

No quería mal pensar las cosas, no podía creer que ellos estuvieran amenazados, pero nada me cuadraba, necesitaba más información al respecto y no podía con todo yo sola.

¿Qué haremos ahora? No puedo ver a mi hijo postrado en la cama. Pero tampoco quiero tener en mi consciencia la muerte de la muchacha. — Mencionó la madre consolando a su esposo. Quizá y pudiera volver a desaparecer, pero tal vez eso les lograría poner en problemas a ellos.

Debemos matar a TN, o nuestro hijo morirá. Mr. V nos lo advirtió... — Contestó el esposo y la mujer rápidamente lo calló. ¡Sabían mi nombre real!

No digas eso en voz alta nunca más, debe haber más alternativas. — respondió firme.

Mi aliento se fue por unos segundos, mis sospechas se habían vuelto realidad. De la muchacha que hablaban era de mi, pero ¿Qué necesidad de matarme? Quizá era porque había huido de Colombia, eso también había estado mal, tal vez el de los mensajes era él para hacerme creer que eran los chicos. Tenía tantas cosas en la mente que no había notado a la enfermera tras de mi y que puso su mano en mi hombro haciéndome sobre saltar y casi gritar en el proceso.

Señorita ¿Se encuentra bien? — preguntó la enfermera y yo totalmente pálida asentí sin poder decir palabra alguna, pero necesitaba salir del apuro lo más rápido posible.

Fraternité privé 1° Temporada [Completa]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt