Relaciones únicas.

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Traté de convencerla de que todo estaba bien mientras miraba pequeños zapatos para Ana y Kara, pero no funcionó. Ella no iba a dejarme ir sin tener sus respuestas y supuse que su sexto sentido de madre estaba a tope. Espero entender a mis hijas con sólo mirarlas.

Después de la tercera tienda, varios paquetes en las manos y la presión de mi madre, tuve que contarle. Mi matrimonio no estaba en crisis, pero había cosas que no me gustaban de lo que ocurría. Por ejemplo: que Zayn estuviera tan ocupado todo el tiempo, la súper mansión que apenas conocía, estar lejos de la academia, las prohibiciones de mi esposo, sus celos por Bradley, sus cambios de ánimo que estaban asustándome, lo que encontré en su camisa…

–Nadie es perfecto cariño, pero tienes que hablar esto con él. Sólo ustedes dos pueden solucionar esto –me aconsejó tendiéndome su único pañuelo. Me senté en una banca y escuché a mi madre. –Los matrimonios no son fáciles, y es normal que pasen por este tipo de cosas. Simplemente tienes que saber lidiar con ello, hablarlo y darle una solución rápida.

>>Zayn y tú hacen una pareja hermosa, y han sido felices por casi tres años, sin contar todo el tiempo que fueron novios. Ahora van a tener a dos criaturas fruto de su amor –sonrió mirando mi súper panza–, y ellas necesitan que sus padres estén juntos y bien.

Sequé mis lágrimas y la abracé. –Gracias mamá.

Creí que ella tenía razón en la mayoría de las cosas, la cuestión era que ella no estaba casada con un famoso cantante. En ese sentido las cosas variaban un poco. Nuestro matrimonio no era normal, porque nosotros no lo éramos y jamás lo seríamos.

Sin embargo, tenía mucha razón sobre nuestras hijas y su necesidad de tener ambos padres llevándose bien, amándose y amándolas. Si no cambiábamos algunas cosas por nuestro bien como pareja, debíamos hacerlo por el bien de Ana y Kara.

El resto de las compras fueron mucho más tranquilas. La futura abuela iba de un lado a otro comprando todo lo que quería. El dinero no era un problema, ya que mi padre era el que pagaba las tarjetas. Muchas veces me pregunté cómo era que sobrevivían, y lo supe cuando mi mamá me confesó que seguían trabajando de vez en cuando, tenían ahorros para mi universidad –que por supuesto no usé por la beca en Julliard– y vendieron casi todas las propiedades de mi abuela.

–Son asquerosamente ricos –dije en broma acordándome de la otra persona a la que le había dicho eso alguna vez.

–Algo así. Aunque seguimos trabajando cariño. Aún tenemos muchas energías –comentó mientras pasaba de nuevo la tarjeta a la vendedora de la tienda número mil del día.

Mi papá era Arquitecto. Trabajaba por contratos y a veces asesoraba algunas construcciones en la ciudad y en diferentes lugares del Reino Unido. Y mi mamá fue una aficionada del bricolaje –lo cual mantuvo mi casa llena de arte y objetos raros por mucho tiempo–. Ella vendía algunas cosas y  de vez en cuando daba clases a las vecinas o en diferentes institutos de arte.

Por el momento lo que ella llamaba trabajo era construir objetos para vender a proveedores de diferentes supermercados para decorar interiores y exteriores. –Es un trabajo duro, pero amo lo que hago.

–Entiendo el sentimiento –dije más para mí que para ella.

Al volver a casa con todos los paquetes, subí a mi habitación para tratar de encontrarles un lugar entre mis maletas. Tuve que sacar absolutamente todo y volver a ordenar. –Tendrán mucha ropa para elegir –les dije a mis pequeñas mientras trataba de empujar más ropa dentro.

Saqué uno de mis pantalones para lograr que cerrara. Cuando lo levante algo cayó del bolsillo, era la llave de la cabaña del abuelo de Zayn. Me la había dado para que pasara alguno de esos días por allá. Quiero ir ahora.

Forever Troublemaker. [Terminada]Where stories live. Discover now