Emiliano Rigoni.

Comincia dall'inizio
                                    

— ¡ay amor...! Vos... —pienso cada una de las palabras que van a salir. —supe que todo iba a ser un poco complicado desde que te conocí. —sonrío. —y fue así, cada comentario bardeandome me afectaba, cada especulación, o cada persona que te insultaba incluso, muchas veces tuve que morder mi lengua porque quería romper todo, o muchas veces al ir a la cancha algunas chicas me tiraban comentarios algo fuera de lugar, y todo aquello tuve que aguantarlo, y ahora que lo decís, sí; todo está acá: ésta casa, mis amigos, mi familia, mi trabajo. Y aquel país es super desconocido, y el idioma se me hace super difícil, y hay rubias hermosas, de ojos más celestes que el cielo, no ayudarían mucho a mi estima. —digo y agacha la mirada. —pero mi hogar está donde estés vos amor. Jamás quiero estar lejos tuyo, te seguiría hasta el fin del mundo si fuera posible, y no me imagino una vida sin vos. Y además de que hay muchas rubias preciosas allá, no te dejaría sólo, sos muy hermoso y...
Me interrumpe abrazandome, y sonrío, aquello lo había dejado tranquilo.

—te amo mucho amor.






...





  Sigo caminando unas cuadras hasta llegar a una pequeña cafetería, busco mi celular para ver la hora y que también la batería estaba baja, finalmente decido entrar, Emiliano no llegaría hasta dentro de una hora.











Emiliano:


   Saludo a todos al finalizar todo el entrenamiento y camino hasta el estacionamiento con Sebastián y Wilmar.

—entonces, ¿hoy nos juntamos? Mañana es nuestro día libre, tenemos que hacer algo y nos podemos quedar hasta tarde.

—yo no tengo problemas.

—bien, el colombiano y yo decimos que sí, ¿vos, Emi? ¿te sumas? Es casi una tradición argentino - colombiana acá en Rusia. —dice y río.

—yo no tengo problemas tampoco, le tengo que avisar a Mica, y si quieren vamos a casa, va a estar contenta de que vayan.

— ¡si! —gritan al unísono, parecían dos nenes.

—okay, le aviso Hemi y nos vemos después. —dice Wilmar y los dos suben al auto del mismo para volver a casa.
Mientras subo al mio guardo todo para volver a la mía, mientras estoy en camino comienzo a pensar en Mica, en mi, en cuando llegamos acá. Había sido un cambio muy grande para su vida, para la mía también, pero más para ella, me preocupaba porque este bien, cómoda. Más ahora que está lejos de su casa y de los suyos, decido pasar por una regalaría, las cosas más sencillas eran las que le gustaban.








Micaela:


   Entro a casa finalmente y al cerrar la puerta puedo ver a Emiliano posar la vista en mi desde la cocina, hablando por celular.

—oh, ya llegó, nos vemos. —rápidamente viene hacia mi, me abraza, también lo hago.

— ¿me extrañaste? —digo y río.

— ¿donde estabas amor? Hace unos diez minutos llegué y no te vi, y encima tenes el celular apagado. —estaba algo preocupado, se notaba.

—perdón amor, es que estaba muy aburrida, estaba lloviendo y sabes cuanto amo la lluvia, además no fui lejos, solo a unas cinco cuadras y encontré un lugar muy hermoso, y también conocí a una señora que habla inglés y me trató muy bien.

—pero no me dijiste amor,  yo... yo llamé a tu papá, a tus amigos, y, y no me atendiste, me hubieses dicho y salía más temprano para acompañarte o algo.—tome su rostro haciendo que me mire.

Historias Cortas. -//futbolistas//-Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora