Capitulo 2: "Hacia mi nueva vida"

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•___(tn) POV:•

Me encontraba en el estudio, practicando mi rutina de baile como todas las noches.

Había peleado con mi madre por su insistencia en que dejara de bailar. ¿Cómo podía si quiera mencionarlo? Bailar era la única cosa que había amado por toda la vida. Era la única cosa que me hacía sentir libre y que llenaba ese vacío que sentía siempre en mi corazón.

Por eso me encontraba ahí, en el único lugar en donde podía encontrar paz.

Me sentía un poco dura al bailar en ese momento, ya que habían pasado dos semanas desde que mi madre me había prohibido ir a el D.F. a asistir al Instituto de baile.

Ella me hacia sentir como que el mundo no tenía salida. En ese momento, estaba pensando la forma en la que podía salir de sus garras. Alguna forma de irme a vivir a el D.F. y poder bailar todo el tiempo que quiera.

En ese momento mi movil comenzó a sonar, señalando que tenía una llamada.

-___- era mi mejor amiga, Andrea- ¿estas en el estudio?

-Si, aquí estoy- le respondí- ¿porqué?

-En cinco minutos estoy allí- me dijo y cortó la llamada.

Exactamente cinco minutos después, Andrea entró a el estudio, hablando por teléfono.

-Si mamá- decía-. Ahorita ya estoy llegando para darle la noticia.

Yo me senté y comencé a aflojar mis zapatillas de baile.

-Que sí te digo. Vas a ver que le va a encantar. Te veo en un rato- después de eso colgó.

-¿Que pasa?- le pregunté.

-Te tengo un notición- dijo mientras se acercaba a mi y se sentaba a mi lado.

-¿Que notición?- le pregunté, terminando de quitarme las zapatillas.

-Nos iremos a vivir a D.F.- me dijo, pegando unos chillidos de emoción.

-¿Tu y tu madre?- le pregunté.

-Mi madre, tu y yo- me dijo, con una sonrisa de suficiencia en la cara.

-¿Que estas diciendo?- me reí-. No hay manera de que mi madre me deje ir a D.F. Y menos a como están las cosas ahorita.

-Pues será un milagro- comenzó a decir-. Pero mi madre ya hablo con la tuya y accedió a darte el permiso para irte con nosotros.

Me paré de un salto.

-¿Es en verdad?- le pregunté emocionada a lo que Andy solo asintió-. Pero ¿cómo? Ella no quería que fuera a el D.F. ya por el instituto.

-Mi mamá me dijo que le había dicho que no te iba a dejar ir a el Instituto, que nuestra casa estaba a el otro lado de la ciudad y le prometió que cuando te volviera a ver serias una tipo Nerd cuatro ojos con miles de diplomas- dijo Andy, imitando a su madre.

-¡Oh por Dios Andrea!- la abracé-. Por fin podré bailar sin que mi madre se interponga.

-Y ¿sabes que es lo mejor?- me preguntó.

-¿Me tienes lista la entrada a Broadway?.

-Tampoco hago milagros- Andrea se rió-. Nuestra casa esta a solo cinco calles del instituto de baile.

-Y ¿Cuando nos vamos?- le pregunté, ya soñando con mi vida allí.

-Mañana- me respondió-. Así que ¡hay que ponernos a empacar sin dormir!- Andrea levantó sus manos como gesto de victoria.

Me puse a recoger mis cosas para ir a mi casa a empezar a hacer mi equipaje. Íbamos saliendo de el estudio cuando sentí una punzada de dolor en mi pecho. Me sostuve en el auto de Andy, sintiendo que todo el mundo daba vueltas.

-¡___!- escuché que gritaba un chico.

-___- exclamó Andrea-. ¿Estas bien?

-¿Estas bien?- escuché la voz del chico más próxima.

Sentí que me tomaban del brazo. Era Andrea, que había abierto la puerta de el coche y me estaba ayudando a sentarme adentro.

-___, ¿que tienes?- escuchaba su voz con eco y distorsionada. Voltee a ver a Andy. La veía muy cerca de mi. De repente, sus ojos oscuros comenzaron a verse de un hermoso color azul. Volvían a su color oscuro, y después azul de nuevo. Comenzaron a cambiar más rápido, y finalmente, se pararon en el azul.

-¡___!- volvió a decir la voz de chico.

Y sé detuvo. Todo dejó de dar vueltas, el dolor se fue y volví a ver a Andrea frente a mi.

-¿Estas bien?- me preguntó Andy, que parecía que iba a llorar por el susto.

-Si- le respondí-. No se que pasó.

-¿Quieres que le llamemos a tú madre?- me preguntó.

-No- le respondí inmediatamente-. Si le decimos no me dejara irme con ustedes a D.F.

-Bueno, ¿pero ya te sientes bien?

-Si, esta todo bien. Vámonos que tengo muchas cosas que empacar- le dije, animándome.

A el día siguiente, estaban Andrea y su madre en mi casa.

-Pórtate bien ___- me dijo mi madre mientras me daba un beso en la frente. Me parecía absurda la forma en la que frente a las personas era toda una dulzura-. No le causes problemas a la señora Sofia.

-No se preocupe- le dijo la mamá de Andrea, Sofia-. Ella nunca es una molestia para nosotras.

Después de despedirnos subimos a el coche, y comenzamos nuestro recorrido hacia D.F. El recorrido hacia mi nueva vida.

•Conectados• | Alonso VillalpandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora