—Las mismas dudas que tú tienes, y te vas a ligar a una chica. Así que puedo hacer lo que quiera.

Athon supo que no ganaría esa batalla, así que tendría que hacer algo para que su odioso primo estuviera con el niño, aun si tenía que firmar con el mismo diablo.

Athon espero hasta que su primo dejara de lanzar impropios a él y a todos en casa, conto hasta que se fue de su habitación.

Así que Athon tomo su teléfono y mando un mensaje al diablo en cuestión, pero no tenía una respuesta. Observo la parte derecha superior de su móvil, y se fijó que eran más de las veintidós horas, claro que no tendría respuesta se dijo, hasta la entrada de mañana.

Con eso en mente se fue al baño, merecía una ducha antes de irse a dormir. Mientras caminaba al baño se fue desvistiendo, mostrando su piel canela, gracias al trabajo en el rancho, sus cabellos algo sucios y con el sudor del día se pegaron el su frente y el cuello en la parte posterior.

Entro a la ducha, mojándose con el chorro que descendía por su cuerpo firme y empezó a enjabonarse con movimientos suaves y lentos por el pecho, estirando el cuello en movimientos circulares, para desentenderlo.

No perdió el tiempo y empezó a enjabonarse el abdomen y el resto del cuerpo, sabía que no debería tardarse mucho si quería descansar, pero la idea de su cita con Stone en tan poco tiempo le tenía con los nervios.

No lo pensó dos veces y llevo su mano derecha a su miembro y pensó en las delicadas manos de su pequeña dama, se froto lentamente, como si se tratara de los pequeños, pero gruesos labios rubí de Abby; enrosco un poco su muñeca en las partes más blandas para más placer. Empezó con pequeñas sacudidas, moviendo de arriba abajo, presionando con más fuerzas cuando aumentaba la velocidad. La espuma de su jabón le felicitaba un poco la acción, dejando que su mente lo trasportara. Dejando volar la imaginación su mano izquierda se apoyó en la pared de la ducha, la mampara de la cortina del baño le raspó el brazo derecho al momento de subir el ritmo en su miembro, pero no era comparado con la sensación de placer.

—Maldición.

Se miró su pequeña herida que sobresalía del resto, su mano empapada con su corrida, el líquido seminal era como siempre blancuzco y pegajoso. Dejo correr el agua por todo su cuerpo otra vez, no deseaba estar mas tiempo en la ducha si no podía hacer más.

Termino por estar listo para dormir cuando escuchó el primer grito. Cerro los ojos, no era cosa suya, no debía meterse, no debía ir si no escuchaba nada grave.

Pero el siguiente grito le llamo la atención.

«Eres el único que no hace algo» oh algo por el estilo.

Negó otra vez. Ellos lo resolverían, si tenían que hacerlo, por el Piojo.

«Eres su madre»

«No solo soy una madre...»

—Bien, ellos no entienden el sentido del horario. —susurró.

Athon tomo un poco de tiempo en descartar el ruido de la habitación de su hermano mayor, la verdad no era la primera vez que tenían problemas, la chica se iba de vacaciones alegando que se sentía sola y abandonada por Tayson, pero no era el caso por lo visto esta vez.

Sinceramente era un fastidio oír sus peleas para que dentro de un poco tiempo volvieran a ser una pareja acaramelada. Podría estar mejor sin ella en todo el rancho, pero no a costa de Connor.

Cerró los ojos era mejor dormir y dejar que todo se arreglara. Dicha sea la verdad nunca supo exactamente la hora en que por fin pudo dormir, pero a la mañana siguiente tanto las maletas de Tayson como las de Isabela estaban en el porche de la casa, María junto a Rina tenían a los muchachos subiendo bolsas y mas cosas en el carro de su hermano.

La dama y el vaquero ­©- CompletaOnde histórias criam vida. Descubra agora