--¡Bouche de loup", suena de ututuy en francés, pero de lo más espantoso en español, porque suena como a película de terror en blanco y negro –Dijo Hugo, echándose a reír— ¡Ay, niña, ese lugar es de una belleza, de un clímax espectacular! Yo nunca había estado en un lugar con tanta gente bella y bien vestida. Le juro que nunca había visto tantos ricos bellos, ni siquiera en el Club, que últimamente solo los viejos ricos frecuentan, porque déjeme decir, niña, que por lo general los ricos que me encontraba eran feos embellecidos por el dinero, aunque claro, hay sus excepciones siempre—Le comentaba Hugo a una de sus modelos, que no era Jenny—

--¿Cómo vas a decir eso Huguito? Si aquí viene entrando un hermoso ejemplar de los ricos bellos que hay en este país –Dijo la modelo, refiriéndose a Armando, que venía a mi lado, tomándome de la mano—

--Dije que había sus excepciones. –Dijo Hugo, lanzando un zumbido—

Esa mañana visitamos el taller para recordarle a don Hugo que al día siguiente tenía que exponer en la junta, que se tenía prevista, el concepto que llevaría la próxima colección, y también, de paso, Armando quería constatar por observación, cómo estaba lidiando Cristina con la presión del trabajo y cómo trataba don Hugo a la nueva asistente de taller.

--Estos bellos ejemplares—dijo don Hugo, refiriéndose a Armando-- o son gay o están casados, pero no pueden andar solos por ahí, porque entonces son mujeriegos de lo peor. ¡Ay, pero todavía hay esperanzas! , porque este era uno de esos y al parecer ya lo atraparon ¿Será para siempre?—

-- De todas formas, Huguito, recuerda que el anillo de casado se lleva en el dedo y no en "otra" parte –Murmuró la modelo---

--El anillo de casado es el símbolo de la unión matrimonial, del compromiso, pero nada de eso sirve si no hay voluntad y sobre todo amor de respetar ese compromiso –Dijo Armando—

Hugo alzó las cejas ante tan acertado comentario, sobre todo porque sonó honesto.

--¡Felicidades, Armando, casi me convence de que ha cambiado, de que mudó completamente el pelaje de zorro con mañas que tenía! –Dijo Hugo, juntando las manos—

--De verdad, Armando, te ves muy bien así, hasta se te ve más tranquilo, relajado. Te hacía falta sentar cabeza—Dijo la modelo, esbozando una sonrisa sincera— Se ven muy bien juntos, hacen una linda pareja –La modelo clavó su mirada en mí--

La modelo era una rubia muy bonita, de sonrisa resplandeciente, quien había trabajado hasta entonces en tres colecciones consecutivas con Ecomoda, dos de ellas durante mi presidencia. Su nombre era Amada Pérez, y su actitud para conmigo siempre había sido gentil y respetuosa, por no decir indiferente. Sin embargo, esa mañana su mirada insistente y curiosa me llamó la atención.

Durante todos estos meses como presidente de Ecomoda me había involucrado más de lo que alguna vez imaginé con modelos, gente famosa de la industria de la moda y demás personalidades de la televisión colombiana, y de todos ellos había recibido un trato cordial, e incluso amistoso, me habían demostrado que yo podía pertenecer a ese mundo que antes consideraba frívolo y ajeno a mí.

--Hugo, ese lugar que estabas mencionando, ¿es una disco para gente de tus gustos y preferencias?—Interrogó Armando, quitándome la palabra de la boca—

-- Una discoteca para gay, homosexuales, transgeneros, ¿por qué no dices la palabra correcta? –Dijo don Hugo, sin esperar respuesta-- No, para nada, vicepresidente, es una disco para mundo y reymundo que tenga plata, claro –

--Jamás la había escuchado mencionar, pero si tú la frecuentas, debe tener un ambiente carnavalesco, como el que le gustan a tus amigas --Dijo Armando, en tono irónico—

YSBLF_ El Matrimonio (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora