Capítulo 1: Sunsetz

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𝑪𝑨𝑻𝑯𝑳𝑬𝑬𝑵 𝑪𝑨𝑹𝑫𝑾𝑬𝑳𝑳

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Año 2018

Último año de instituto.

Con mi mochila en hombro camino entre los árboles de la avenida. Las aves cantan como si estuvieran agradecidos con la naturaleza por haber detenido las torrenciales lluvias que nos habían castigado durante dos meses, sin embargo, el clima seguía nublado, quizás era porque ayer había llovido todo el día. En Perth ya se terminó la temporada de invierno, ahora estamos en verano, las brisas marinas frescas era lo que necesitaba para poder estar en paz conmigo misma.

El clima de la ciudad define a la perfección mi estado de ánimo.

La entrada del instituto es invadida por filas de personas esperando entrar. Creí que llegaría tarde como siempre, pero esta vez el señor de arriba se compadeció de mí. En otras ocasiones, Frankie, la directora, me expulsaba del instituto por todo el día. Prefería que hiciera eso, a que llamara a mi papá, porque él ya estaba cansado de escuchar los sermones de la directora e incluyendo la lectura de mis papeletas.

De lejos observo que mi compañero de salón, Kyllian, viene corriendo hacia mí. Llevaba puesto una casaca jean, un gorro negro de lana, y sus pantalones del mismo color. Lo conozco desde hace dos años, y a pesar de que sé lo inquietante que es con su comportamiento, no me hostiga para nada. Excepto, por su sonrisa.

Hice todo lo posible por alejarme y no tener de cerca su presencia, sin embargo, siempre terminó siguiéndome a todos los sitios que voy.

Menos a uno, hay un lugar en específico que él no conoce ni conocerá.

—¡Cathleen! —Me gritó con una amplia sonrisa.

Movía su mano de lado a lado sonriendo, mientras seguía corriendo hacia mí.

Tengo envidia de su sonrisa.

Hice todo lo posible por sonreír, traté de ver videos graciosos o escuchar los chistes de Kyllian, y sonreír como él, pero no pude. Era como si la alegría que habitaba en mi ser, se hubiese evaporado como el vapor en las nubes. La muerte de mi mamá y de mi hermana trajo muchos golpes en mi vida, así como en la de mi papá. Él ya no es una persona alegre con sueños por realizar.

Los dos nos hemos convertido en uno seres solitarios, odiados por la vida.

—¿Cathleen Cardwell, llegó temprano? —sonrió Kyllian, sujetando su mochila de Green Day en el hombro.

—¿Y el chico madrugador, llegó tarde? —ironicé—

Rodeé los ojos, y caminé hacia la fila de personas que sinceramente no conocía. Siempre solía estar con los que llegaban tarde, pero antes del accidente, justo por mi primer año de instituto sabía llegar temprano, pero eso cambió de un momento a otro. Ya no tenía algún sentido levantarme temprano para estudiar...

Sunsetz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora