Capítulo 05

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Dey Pov

— ¡Joder Dey apresura el puto paso! —comentó Sam con una enorme sonrisa mientras entrabamos a los vestidores de las animadoras.

— ¿Como harás que usen estas cosas? — moví los trajes que tomamos prestados a uno de sus primos/primas (digo así, porque en realidad aún sigo confundida de por qué varios chicos tienen este tipo de ropa)

— Sh. Calla, voy a entrar dame la bolsa y vigila — entro como ninja viendo a cada lado mientras yo sentía que mi corazón saldría por mi boca.

— Pero miren que basurita tenemos aquí — comento la Zoerra (Buen uso de palabras ¿no?, lo invente hace dos días gracias a mi lengua y su costumbre de enredarse) al lado de su fiel seguidora y amiga Carly, mientras se pavoneaba como tarada.

— ¿Que quieres cerebro de silicona? — bufo molesta y achico los ojos

— Tu pedazo de basura, ni se te ocurra meterte en mi camino a menos que quieras que te destruya — comentó mientras colocaba su dedo índice en mi pecho retándome.

Golpee su mano sacándola bruscamente a lo que esta duro unos segundos sorprendida para luego mirarme furiosa — Tú a mi no me retes a menos que quieras amanecer respirando por tubos en el hospital —escupí con rabia.

— Ya vámonos Dey, no es necesario mal gastar nuestro tiempo aquí — Sam actuó como si quisiera ir al baño y salimos de allí.

— ¿No que te dolía el estomago? — pregunte al verla caer al suelo en carcajadas.

— Necesitaba una excusa para salir de ahí y adivina —movió una bolsa frente a mi — vamos a hacer algo con sus uniformes — la mire boquiabierta y la seguí al campo.

Escuche gritos, maldiciones y muchas pero MUCHAS palabras no aptas para menores de edad provenir de ese lugar. Mi prima no paraba de reír pero la verdad yo me encontraba un poco aterrada, fueron muchos años bajo el dolor y sufrimiento causados por la señorita Popularidad por lógica no voy a tener mi batería de confianza completamente llena.

A veces no lograba comprender bien a mi camarada, prima y amiga. Ella en algunos momentos se volvía alguien intimidante y malévola igual que Zoe y eso era algo que me preocupaba ¿qué tal si al final nos volvemos como ellas? ¿Y si logramos herir a alguien igual o peor que ella? Descarte de manera inmediata esos pensamiento no quería hacer pasar a nadie por lo que yo pase.

Las burlas constantes de Zoe, la risa y desaprobación de los demás por ser como era según ellos; yo era una come libros sin vida social con una amiga que sufría de esquizofrenia y un amigo gay. Recordando eso ultimo, tampoco entiendo muy bien la razón o el motivo por el cual Leo se enamoro de ella, siempre fue él quien insinuaba que no debíamos ni estar en el mismo lugar que el engendro del demonio con forma humana.

Llegamos al campo y lo único que vago por mi mente fueron las últimas palabras de mi mejor amigo mostrándome su desprecio en cada una de ellas, una brillante idea surco mi cabeza —Lodo— si había algo que la Zorricienta odiara más que a nosotros en definitiva era el lodo. 

Oh, al menos eso dejo claro un día en el campamento de verano cuando gritaba de asco por haber ensuciado sus manos y para no tener ese cosa viscosa en ellas uso mi sueter favorito para limpiar, luego me arrojo al suelo y paso sobre mí para no arruinar su costoso par de zapatos.

— Busca el termo de agua de los jugadores —dije animada. A lo que esta asintió comprendiendo mi idea— bien es hora de hacer lodo —comenzamos a jugar como niñas haciendo lo que dije, cuando comenzaron a escucharse gritos de nada más y nada menos que ¡Zoe!

— Malditas hijas de... —grito mientras sonreíamos con maldad — ni se atrevan — nos señalo con dedo, Sam y yo nos vimos a la cara, completando nuestra venganza ensuciando los trajes para salir corriendo antes de que el director nos viera.

— ¿Me vas a explicar por qué el lodo? —nos detuvimos a una cuadra de mi casa.

— Sencillo. Así cuando este lavando la prenda va a recordar nuestros rostros. 

— Joder Sam hacemos buena pareja. —Chocamos las manos —no pensé eso —negué con la cabeza.

— Dey —escuche a Leo sin aliento tras nosotras y pude sentir que todo mi cuerpo se helaba y mis vellos se levantaban del miedo.

¿Por qué siempre resulto tan débil cuando oigo su voz? esa es una de las tantas cosas que odio de él, otra es cuando me mira a los ojos y me hundo en un mar profundo de pensamientos sobre Él. 

Llámenme obsesionada, loca o como quieran pero yo solo diré que estoy enamorada y cuando uno se enamora le suceden tantas cosas inexplicables.

Este debería ser mi mejor momento para huir, ¡Hey acabo de hacerle algo a su espantosa novia y él sabe donde vivo! 

— ¿Estás aquí? —susurra mi prima a unos pasos de mi —Leo te está mirando de una manera muy intensa, creo que llamare a la policía por si intenta asesinarte aquí, justo en la acera— carraspeo un poco para que note que le estoy escuchando y también para que sepa que lo único que logra es que trate de no hacerme pis en los pantalones del miedo.

—Perdón, pero estas toda pálida y en otro mundo ya hasta pensé que habías muerto quedando en ese estado. —Suelta una pequeña risa que me irrita, pestañeo un par de veces y vuelvo a mi para escuchar o que ese chico para justo al frente.

No tengo idea de lo que querrá decirme pero debo estar preparada para cualquier tipo de palabras hirientes, cortantes o hasta para algún golpe que deba de volver.

This is Me. [Guerra de Fieras] EDITANDOWhere stories live. Discover now