sanando [l.s] [omegaverse]

capítulo 1

Harry tocó la puerta, Liam se quedó detrás de él, atento.

"¿Necesitan algo?" Dijo el alfa del otro lado de la puerta, no la abrió toda, solo se le veía el rostro pero su semblante era serio, molesto.

"Alguien pidió ayuda, ¿está todo bien?" Harry le preguntó.

"Sí, está todo bien." El alfa calvo y tatuado le dijo de mala gana. Harry asintió, aún no convencido.

"¿Quién está contigo?"

"Mi omega y mi hija."

"Necesito pasar y asegurarme de que todo está bien." Harry dijo.

"Todo está bien."

"Necesito pasar y asegurarme de que todo está bien." El alfa rizado repitió.

De mala gana, el alfa calvo se hizo a un lado, dejándolos pasar y viéndolos como si quisiera tirarse encima de ellos.

Harry entró, Liam detrás de él sin quitarle la mirada al alfa. El rizado caminó a la sala, observando a un omega sentado en el sofá, su cabeza gacha sin poder ver su rostro.

"¿Él está bien?" Liam preguntó.

"Por supuesto que está bien, larguense de aquí."

"Mami." Una niña salió de alguna habitación. El omega la tomó en sus brazos.

"Nmm." Harry iba a salir por la puerta, se detuvo cuando el omega quien estaba sentado sin mover un músculo, alzó su rostro.

Un rostro hermoso lleno de hematomas, su labio partido, sus ojos morados e hinchados.

"Tendrás que acompañarme." Harry le dijo, su mano se posó en el hombro del otro pero el alfa calvo sacó una navaja, hiriendo el brazo del rizado cuando este lo tocó.

Liam se puso alerta al instante, el alfa se había acercado a él intentado apuñalarlo también pero Liam sacó un cuchillo y el alfa completamente tatuado se dió la vuelta, huyendo y saliendo del apartamento cuando lo vió.

Ambos alfas salieron corriendo detrás de él, eran tres pisos del edificio, no fue realmente difícil llegar hasta la calle donde Harry lo alcanzó, lo tomó del cuello y lo embistió contra un auto.

"¿Te gusta golpear a tu omega y a tu hija, eh?" El rizado dijo furioso. "Cuando quieras golpearlos de nuevo te acordarás de mí." Harry empezó a golpearlo, lo golpeó hasta que Liam tuvo que alejarlo del cuerpo moribundo del aquel alfa.

"Detente, Harry. Ya está, lo vas a matar."

"Maldito idiota." Fue lo último que dijo Harry observando al hombre inconsciente tirado en el suelo.

"Ve a ver al omega y a su hija, deben de estar asustados. Yo me encargaré de él."
Harry asintió y entró al edificio.

"¿Están bien?" Harry preguntó. El omega junto con su hija temblaban en el sofá, abrazados.

"S-sí, gracias." El omega apenas susurró.

"¿Él volverá?" La niña preguntó, su voz dulce y cargada de miedo.

"Él no volverá, lo prometo."

"¿Tenemos que quedarnos aquí?" El omega castaño preguntó.

"¿Tienen un lugar a donde ir?" El omega negó.

"No quiero estar aquí, mami." Ella volvió a hablar.

Lo que pasó por la mente del rizado fue tan rápido que ni siquiera pudo analizar lo que había salido de su boca.