Besos Robados (Suerte #7.6)

Extra 2

Cap (2/2)

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Varios años después...

—Que jodido frío — dijo el hombre frente a él, enfundado en un grueso abrigo de invierno. —¿Seguro que quieres hacerlo tan temprano?

—Si señor, muy seguro.

Estaban a finales de octubre y el frío del otoño empezaba a tornarse invernal, sospechaba que las nevadas de aquel año no tardarían en empezar. Y aun cuando su acompañante tenía razón al preguntarle si quería hacer eso justo en aquel momento, no había manera de que lo retrasara por más tiempo. Llevaba meses planeandolo. Ya no podía esperar más, conociéndose terminaría por arruinar la sorpresa si esperaba aunque fuera solo un par de horas.

—Bueno, si ese es el caso. Creo que deberías llamarlo.

—Lo haré justo ahora.

Extrajo el teléfono del interior de su abrigo y buscó entre sus contactos el número que quería. Espero a que la llamada conectara y sonrio cuando aquella voz soñolienta le respondió.

—¿Diga?

—Buenos días, guapo— saludó con voz melosa. Le bastaba con cerrar los ojos para imaginarlo tendido en la cama, con los ojos entrecerrados y todo ese fabuloso cabello rizado desparramado sobre la almohada. —¿Te desperte?

—¿Remi? — escuchó el rumor de las sábanas— son las cinco de la mañana. ¿Qué haces levantado tan temprano? ¿Ocurrió algo?

—Todo está bien, no te preocupes— sonrio un poco culpable. Se suponía que Remi estaba en un viaje de trabajo y estaría fuera por una semana. Era verdad, excepto que había vuelto dos días antes quedándose en casa de sus padres para poder armar aquella sorpresa con la mayor discreción posible. —Lamento haberte despertado tan pronto, solo quería escucha tu voz y pedirte un favor.

—Okey, dime.

—¿Puedes venir a buscarme al campo de la universidad? Es que bueno, volví un poco antes de tiempo.

—A ver, a ver...no estoy entendiendo. Se supone que estabas en Atlanta ¿y ahora me dices que estás en el campo de la universidad aquí en White Hole?

—Eh...si.

—Remington Reiner— gruñó el chico al otro lado de la línea— espero que no hayas viajado de noche para llegar hasta aquí tan temprano.

—Te lo explicaré luego, ahora se bueno y ven a buscarme. Es que me encontré con el entrenador Donner y me invitó a presenciar una de las prácticas del equipo, para rememorar viejos tiempos y eso— el hombre que lo esperaba un par de pasos más allá soltó un bufido y rodó los ojos. —¿lo harás?

—Por supuesto que si. Ahora voy. Pero tendrás que darme una buena jodida explicación.

—Por supuesto. Te amo.

—Y yo a tí— respondió sin demora— te veo pronto.

Cuando finalizó la llamada sonrio triunfal, al menos la primera parte de su plan ya estaba en marcha. Se guardó el teléfono y giró hacia donde estaba una de las altas porterías en forma de 'y'. Todo estaba en orden. Dios, debía agradecer a todos aquellos que le habían ayudado a armar  aquella loca sorpresa, que básicamente eran todos sus conocidos, Sus padres y los de Vic, los hermanos de ambos, el entrenador Donner quien estaba moviéndose de un pie a otro a causa del frío. Y por supuesto también había tenido ayuda de Dar y Chiara quienes seguían estando juntos a pesar de los años.