1

20.1K 1.7K 2K
                                    

Cap (1/2)

===================

—Se acabo, no quiero seguir contigo— dijo ella con sus brazos cruzados, luciendo a la defensiva.

—¿Por qué?— preguntó con confusión.

Cuando su novia, Cici,  le dijo que necesitaban verlo a solas, creyó que se trataba de uno de esos momentos en los que no podía estar separados el uno del otro. Por eso no lograba comprender por qué de pronto ella quería terminar con la relación que tenían. Su mente empezó a trabajar rápidamente tratando de recordar si es que acaso había hecho algo mal, algo que ameritara estar parado frente a su novia, siendo botado.

No tenía nada.

Probablemente no era el chico más detallistas del mundo e incluso era un poco torpe en terminos románticos. Pero jamás había hecho algo para ofenderla. La quería, no había olvidado recordarle cuan feliz lo hacia ser su novio. Habían sido ocho largos meses en los que se esforzó por ser el chico que ella merecía. Entonces... ¿por qué lo estaba dejando?

—Esto ya no funciona para mi— dijo Cici encógiendose de hombros. Tenía un lindo cabello color rubio con las puntas teñidas de un rosa suave. Le quedaba muy bien. —Eres lindo y todo eso, pero... también un poco soso. Eres dulce, pero creo que quiero a alguien más arriesgado.

—¿Te refieres a sexo?— preguntó haciéndola sonrojar y sonrojándose él mismo.

—En parte...

—Bueno, pues podemos intentar cosas diferentes si es que así lo quieres — ofreció un poco desesperado. Ella de verdad le gustaba. Joder, incluso la había llevado para que conociera a su familia y eso no era algo que Reiner hiciera a menudo. —Aunque debo recordarte que has sido tu quien casi nunca quiere... ya sabes.

—No me sentía lista.

Eso logró enojarlo un poco. Se pasó las manos por su oscuro cabello castaño. No podía acusarlo de ser soso cuando en realidad era Cici quien siempre ponía peros cada que trataba de hacer algo divertido. Por ejemplo, la vez que trató de llevarla al parque de diversiones y ella negó porque los juegos mecánicos le aterraban. También estaba aquella vez que quiso llevarla a camapar con sus amigos y dijo que odiaba internarse en el bosque porque era demasiado...rústico. Y ni hablar de la vez que trató de convencerla para que probaran cosas nuevas en el ámbito sexual, quiso hacerle un oral y ella había gritado horrorizada ante la idea. Ni siquiera sabía porque se quejaba cuando lo único que le permitía era tener sexo de la manera más convecional y delicada posible; Y estaba bien, Reiner nunca iba a pedirle que hiciera algo que no quisiera. Pero eso no significaba que estuviera bien siendo acusado de ser el culpable de que la relación terminara.

—Dime la verdad, Cici — dijo con seriedad —¿Te interesa alguien más?

Ella no respondió, solo bajó la cabeza y golpeó la punta de una de sus zapatilla contra el suelo. Si, esa era toda la respuesta que el chico necesitaba y su corazón se rompió un poco.

—¿Estudia aquí?— ni siquiera debería estar preguntando aquello, pero necesitaba saberlo, para prepararse mentalmente y no sentirse tan miserable cuando los viera juntos.

—No— Cici no se atrevió a verlo a la cara —estudía en Boulder, lo conocí cuando fui a vistar a mis abuelos. Es dos años mayor y también juega futbol, es tacleador.

Ja, como si no fuera suficientemente doloroso, tenía que salir con un jugador. Un tacleador ni más ni menos. Porque claro, ¿qué oportunidad tenía un fullback contra un tacleador? La posición en la que Reiner jugaba era mucho menos popular que cualquier otra. Pero daba igual, no es como que estuviera buscando hacerse profesional. Jugaba por el placer de hacerlo.

Besos Robados (Suerte #7.6)Where stories live. Discover now