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Cap (1/5)

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Suspiró mientras recorría lentamente el interior del centro comercial cumpliendo con la lista de encargos que su mamá le había solicitado por la mañana antes de que fuera a la universidad. Estaba tomándole más tiempo del necesatio, pero lo cierto es que Darren no podía dejar de darle vueltas a un asunto que ya lo tenía por demás cansado y bastante preocupado. Y ese asunto no era otro más que Reiner y su último conflicto amoroso.

El rubio estaba tentado a ir hasta Vic Liberman y contarle de una vez por todas lo que estaba sucediendo con su amigo, porque ya no podía más. Sentía que si seguía viendo a Reiner con esa cara de deprimido hasta él terminaría queriendo quedarse en casa y no salir de la cama. Pero intuía que eso lejos de ayudar, podía estropear todo aun más.

Pero es que ver a Remi triste era sólo...no se sentía bien. Desde que conoció al castaño en el último año de preparatoria, cuando Reiner se mudó a la ciudad y empezó a ir a Chestertawn para finalizar la preparatoria, él y Darren congeniaron al instante. Al principio le pareció que el castaño era un poco serio, pero bastaron un par de días para cambiar por completo su persepción.

Y es que solo eras capaz de ver esa parte risueña, encantadora y en extremo entusiasta de Reiner cuando eras lo suficientemente privilegiado de ganarte su amistad o al menos así lo veía Darren y no porque Reiner fuera alguien inalcanzable, sino porque tenía este tipo de perosnalidad especial que solo podías disfrutar si estabas lo suficientemente cerca. Por eso le dolía verlo así, quería ayudar pero no sabía como hacerlo más que estar ahí para él, acompañándolo mientras se sentaban en silencio durante los momento libres en los que lograban coincidir.

Si bien en parte Darren estaba sorprendido por el hecho de que su amigo estuviera enamorado de un hombre, dejaba de ser importante cuando lo único que quería era que su amigo fuera feliz. Si era con un hombre o en lugar de una mujer, era lo de menos.

Suspiró por enésiva vez sintiéndose impotente por no tener una solución. Sólo de recordar como el jueves anterior Reiner lo llamó entre sollozos hablándole sobre una foto, sobre haber perdido a Vic, que no quedó más que ir hasta su residencia a las diez de la noche para saber que rayos estaba pasando. El rubio se sintió furioso cuando vio la foto en cuestión y también un poco sorprendido al saber quien la había enviado. No creía justo que Chiara haya hecho algo como eso, pero luego trató de comprenderla. Seguro ella solo trataba de darle a su amigo el empujón necesario para ir por Vic. Una lastima que haya salido al revés.

Darren empezaba a sentirse desesperado porque su amigo tenía un juego esa semana y de seguir con ese mismo humor deprimente, dudaba que pudiera rendir bien en aquel encuentro y temía que eso le trajera problemas.

Se sorprendió cuando alguien se atravesó en su camino y se sorprendió aun más cuando se dio cuenta de quien era.

—Chiara...— murmuró torpemente.

—Hola guapo— ella le sonrio dulcemente — iba de camino al gimnasio en el tercer piso, entonces te vi y decidí aprovechar la oportunidad para hablar contigo —explicó.

Sólo entonces Darren reparó en el atuendo de la chica. Un sotén deportivo en color verde musgo, una chaqueta gris por encima con el cierre totalmente abierto dejando al descubierto su abdomen plano y unos leggins deportivos del mismo tono que la chaqueta. Ugh, se veía condenadamente sexy. 

—¿Hablar conmigo?— se permitió emocionarse por un momento pero luego plantó los pies sobre la tierra. —¿Es sobre Reiner y Mister cavernícola?

—Si— ella se rió por el mote que había dado al rizado— necesitamos hacer algo para que ese para de bobos aclaren las cosas. No soporto verlos siendo tan obstinados e innecesariamente depresivos, cuando es obvio que se aman con locura.

Besos Robados (Suerte #7.6)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon