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Estaba saliendo de su última clase del día, justo antes del almuerzo. Él día viernes había llegado más pronto de lo que creyó y estaba tan aliviado de que en al menos en un par de días no se hubiera topado ni una sola vez con Cici. Remi no era un chico al cual podían mangonear cuando querían, pero eso no significaba que no siguiera teniendo cierta debilidad por la chica. Así que prefería no verla hasta lograr hacerse del todo a la idea de que lo que un día tuvieron, ya no estaba más. Sabía que debía alzar la cabeza y seguir adelante. Probablemente no estaría listo para conocer a alguien en un tiempo, pero estaba bien, eso le daba la oportunidad de preocuparse por si mismo, sanar su corazón herido y luego abrirle de nuevo las puertas al amor.

—Hey extraño — un brazo cayó sobre sus hombros sacudiéndolo un poco. Alzó la vista topándose con los ojos verdosos de Darren. —Llevo días sin verte.

—Estoy donde siempre— dijo rodando los ojos. Bien, tal vez estaba un poquito molesto con su amigo por haberlo dejado. Pero se recordó que la idea fue suya y que Darren estaba igual de ebrio que él. Si, no sabía guardar rencor.

—¿Estás enojado conmigo?— preguntó el chico apenado.

—Un poco— ser sincero también era parte de su naturaleza— pero sé me pasara, igual lo de la borrachera fue idea mía. Además creo que era mejor separarme de ustedes antes de terminar vomitando toda la cara de Jordan...ni siquiera sé como lo soportan. Es un imbécil.

—No es tan malo— Darren se encogió de hombros mientras caminaban hacía uno de los comedores— Una vez te acostumbras, es llevadero.

—No quiero acostumbrarme— su tono era enfurruñado y obviamente eso hizo reir a su amigo.

—Pero oye, realmente lamento haberte dejado y no llamar antes. El día siguiente tuve una resaca de mierda, falte a las clases y ya te podrás imaginar el montón de tarea con el que me tope al volver— bueno, si. Parecía como si Darren no hubiera pegado ojo en unos cuantos días— Como sea, por favor dime que llegaste bien a tu casa. Me sentiría aun peor si tuviste demasiados problemas.

—Nah— sonrio al recordar como había salvado por Vic y todo lo que eso ocasionó. Luego frunció el ceño. No había tenido la oportunidad de hablar con su rizado amigo después de la última vez que lo llevó a su casa. Lo veía en los entrenamientos, pero no es como si el entrenador los dejara hablar demasiado. —Me topé con un amigo y él se encargó de asegurarse que sobreviviera.

—Mierda, me algra oir eso y ahora me siento como el peor amigo del mundo por haberte abandonado.

—Eso se soluciona fácil, invítame al almuerzo y listo.

—Hecho— Darren sonrio aliviado al saber que no había jodido las cosas con su amigo.

Caminaron entre charlas y risas, poniéndose al día sobre lo que había hecho aquellos días. Darren era un geek total por lo que siempre estaban hablando sobre videojuegos o cualquier cosa relacionada con la tecnología. No es que Remi supiera mucho al respecto, pero era entretenido ver lo mucho que Darren se emocionaba al hablar de ello. En aquel momento estaba hablandole sobre las nuevas ideas que se le habían ocurrido para crear app. Auqnue la mayoría eran bastante bizarras o ya existían; Remi no tenía corazón para decirle eso, así que solo asintió.

—Y piensalo, ¿no sería genial una app que te permitiera enviarle un SOS a alguien cuando estes en problemas, por ejemplo tú el día que te emborrachaste?

—¿Y cómo lo harías?  me refiero a que si estas ebrio no podrías pensar con claridad.

—Bueno...—Darren frunció el ceño —Mierda, no había pensado en eso.

Besos Robados (Suerte #7.6)Where stories live. Discover now