Capitulo 4

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La oscuridad reinaba en el firmamento como un manto negro cubriendo el mundo.

Los cuerpos celestes salpicaban el cielo como gotas de lluvia plasmadas en vidrio. Pequeñas luces vistas en la lejanía como luciarnagas titilando en el cielo.

La magia en el ambiente parecía particularmente fuerte esa noche, arremolinándose y centrándose en el aire que la rodeaba.

Un acontecimiento peculiar, considerando que no era un día propicio de la magia. No obstante era un claro indicador de buena fortuna.

Una suave ventisca trazo el viento cual lienzo haciendo que sus rizos rebeldes salgan de los confines de su broche y bailen por su rostro haciéndole cosquillas en la nariz.

Bellatrix arrugó la nariz molesta y aparto su cabello.

Un movimiento inútil cuando el viento volvió a soplar y sus risos volvieron a su rostro.

Con un suspiro se levantó de su asiento improvisado en el marco de la ventana dándole la espalda al paisaje nocturno.

Su mano derecha se alzó para llevar una copa de cristal a sus labios deleitando su paladar con el dulce sabor del hidromiel.

Comenzó a caminar lentamente por la habitación, rodeando la cuna en su centro, pero sin mirar a su ocupante.

Andrómeda se iría al día siguiente para cursar su sexto año en Hogwarts y la dejaría sola nuevamente con el causante de su agitación interna.

La niña todavía no había dicho palabra, pero su hermana a diferencia de ella había logrado sacar algún tipo de sonido del bebé.

Bellatrix había perdido la cuenta de cuántas veces había entrado en una habitación y se había topado con la risa musical de la niña.

Por razones que eludian a Bellatrix, esto había causado una serie de emociones desconcertantes en ella.

Primero había tocado su acordé de rivalidad, lo que causo que pasará un tiempo significativamente más largo con la niña en los últimos días intentando superar a Andrómeda.

El hecho de que ni siquiera había logrado el mismo resultado que su hermana la irritaba a un nivel absurdo.

Luego se enojo con la niña.

Ella había pasado más tiempo con la mocosa y aún así su hermana que solo había pasado dos MALDITAS SEMANAS con la niña consiguió lo que ella no pudo en menos tiempo.

Era más que un poco frustrante y al final termino molesta con ambas.

Por esa razón las había evitado la mayor parte del día.

La sonrisa burlona de Andrómeda cada vez que cruzaban miradas tampoco había ayudado.

Su único consuelo era que Narcissa y Draco estaban en la misma posicion que ella.

Lucios no tenía permitido interactuar con la niña todavía, no importa cuánto la molestará Narcissa en el asunto.

El encuentro entre los bebés había sido extraño, por decir lo menos.

Draco había mirado extrañamente a Hermione, como si fuera alguna criatura extraña y Hermione, bueno, la pequeña cosa básicamente había ignorado a su sobrino hasta que esté se harto y se puso a llorar.

La maldición picante que había recibido en el área del torso había valido la pena las carcajadas que sacudieron su cuerpo al presenciarlo.

La reunión de Hermione con Narcissa por otro lado, a pesar de tener el mismo resultado que su hijo, sucedió de manera diferente.

La cuestión era que Narcissa simplemente no sabía cómo actuar con Hermione, lo que era ridículo teniendo en cuanta que Draco la adoraba.

Andrómeda creía que esto se debía a qué Narcissa pensaba que Hermione al ser nacida de muggles fue tratada de forma diferente en otro entorno al propio y Narcissa estaba insegura sobre como portarse con ella.

Una creencia que Andrómeda afirmó que era tanto correcta como errónea.

De igual manera el resultado fue que tanto madre como hijo habían sido ignorados implacablemente y Bellatrix recibió dos maldiciones picantes por reírse en ambos casos.

La niña había obtenido un poco del respeto de Bellatrix después de eso.

Bellatrix estuvo tentada a ordenar otra botella al elfo doméstico cuando terminó el líquido dorado en su copa, pero decidió obtenerse cuando sus oídos captaron un leve quejido.

Bellatrix se inclinó con interés sobre la cuna de la niña viendo cómo Hermione se despertaba ligeramente de su sueño inquieto y se aferrada más fuerte a su peluche de cuervo, el regalo de Andrómeda.

Bellatrix levantó una ceja.

"¿Estamos teniendo una pesadilla, pequeña bestia?".

No la había vuelto a llamar sangre sucia desde que Andrómeda había lanzado un berrinche de proporciones épicas cuando la escucho dirigirse hacia Hermione de esa forma hace cinco días.

No hace falta decir que su ropa chamuscada, la destrucción parcial de la habitación donde sucedido junto con el pasillo y la sordera temporal fue más que motivación suficiente para no volver a mencionar el "apodo".

O como Andrómeda lo llamo tan elocuentemente en sus gritos;

Insulto despectivo completamente inexacto y absolutamente ofensivo.

Y después Narcissa decía que ella era la salvaje entre las tres.

Bellatrix frunció los labios cuando sus palabras no se registraron en el bebé molesto y saco su varita para encender la luz.

Se congelo a mitad del hechizo cuando un gemido estrangulado hizo eco en la habitación.

Volvió su atención a la cuna para ver cómo Hermione se había movidos de su posición anterior y gateo hacia la esquina más alejada de ella en la cuna. Uno de sus pequeños brazos sostenía a su curvo de peluche contra su cuerpo y tenía el pulgar del otro puesto en su boca.

Fuertes sollozos hacían temblar el cuerpo del bebé y las lagrimas caían como cascada de sus ojos empapando su pijama.

Orbes acuosos aterrados seguían cada movimiento de la varita en la mano de Bellatrix y su portadora dio un paso atrás cuando la pieza de información que le faltaba sobre la niña la golpeó físicamente como un tren a toda velocidad.

Bellatrix guardo su varita y miró con comprensión al bebé.

Su voz era más empática de lo que nunca había sido para Hermione cuando artículo en voz alta su descubrimiento.

"Tu viste lo que le pasó a tus padres, ¿no es así?".

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Gracias a los que votaron y comentaron el cap anterior y espero les haya gustado el cap.

Posesión de BellatrixWhere stories live. Discover now