Capítulo 22

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Era la primera vez que el alfa se sentía nervioso e impaciente por una supuesta cita.

Realmente no sabía con qué nombre debía catalogar la reunión.

No era de su interés y se sentía obligado a hacerlo, pero tendría que demostrar su mejor cara ante la impotente omega a la cuál sólo conoció de niño.

Había salido varias veces con Wenhan y Yubin por un par de tragos, teniendo encuentros fugaces con omegas e incluso hasta algún beta, pero sólo eran relaciones de una noche.

Era incomparable con esta situación que parecía estar poniéndose él mismo una soga en el cuello.

Aunque quería olvidar a su destinado y principalmente a Zhan, casarse no era la mejor opción.

Como dice el conocido refrán: "un clavo saca a otro", Wang Yibo no estaba interesado en el objeto punzante que lo esperaba en la cafetería del hotel y los que dejó en China... eran más semejantes a un tornillo.

Su gege, era el qué estaba más  atornillado en lo más profundo de su corazón.

Mientras su omega destinado, si bien era álguien importante en su vida, no le podía ser del todo indiferente luego de tantos encuentros inesperado y excitantes.

Pero este último lo asociaba más al instinto animal, al protector que desarolla un alfa sobre un omega o viceversa, peor aún si resultan ser destinados.

Zhan, era su más preciado anhelo, la persona a quién elegiría una y mil veces, aún sin conocer nada sobre su vida o apreciar sus feromonas.

Algo en su interior se lo indicaba, no necesitaba de su parte animal para preferir a su gege.

Nada de celos y feromonas, mucho menos de esas absurdas historias que incluían destinados, lazos y marcas obligatorias.

Pero la vida amorosa de Wang Yibo no era todo color de rosas, las dos personas que fueron importantes para él, se habían complotado en su contra, borrando todo rastro de su existencia.

Y ahora, ahí estaba él, en una lujosa suite en el extranjero, escogiendo qué ropa sería la adecuada para presentarse delante de Meng Ziyi, la que sería presentada ante la sociedad como su prometida y futura esposa.

Wang Yibo poco a poco iba introduciéndose en la vida que había jurado nunca participar, siendo él completamente indiferente, ajeno a que en realidad, aquellas personas de las cuáles se había interesado, eran una sola.

Cuando estuvo listo, salió de la habitación, subió al ascensor, respiró profundo y dándose porras, apretó el botón con el número de piso que lo llevaría a ese encuentro desconocido.

La cafetería estaba completamente vacía, sólo se podía apreciar a una joven con porte elegante, con una esbelta figura pegada a un vestido negro, su pelo castaño recogido dejaba al descubierto su espalda y parte de su pecho.

-Señor Wang Yibo, ¿Va a quedarse todo el día apreciando mi imagen desde ese lugar? -la omega se había dado cuenta de la presencia del alfa, aún sin apartar la vista de su taza de café.

-Disculpe mi ignorancia... No sabía sí realmente era usted -el alfa se disculpó.

-Bueno, basta de formalidades. Te llamaré Yiyi, ven, siéntate. Mmm... Me gusta tú traje, se nota que soy sólo un negocio para tí -la omega lo inspeccionó, arqueando una ceja, mientras no dejaba de mirarlo de pies a cabeza.

-No es mi intención ofenderla, señorita Meng -Wang Yibo finalmente tomó asiento justo frente a ella.

-Dije que no quiero formalidades entre nosotros, solo dime Ziyi ¿Estamos deacuerdo, Yiyi? -levantando una mano, llamó al camarero.

Si decido dejarte [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora