Capítulo 73 parte 1

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Hola, aquí os dejo la primera parte del último capítulo, espero os guste.Nos leemos.

-Sí, tu olor puede ser la solución para evitar que se acerquen-dijo Rosalie-

-Voy a subir a cambiarme de ropa, y esta la pongo por la zona de entrada de la puerta trasera. Las sábanas ponerlas por el salón y la entrada principal.

-Yo me encargo de todo-dijo Rosalie-

-Voy a bajar a Billy abajo, y aviso a los demás que bajen al sótano-dijo Emmett-

-Yo, avisaré a mi madre y bajaré con los niños-dije conteniendo las lágrimas-

-Todo saldrá bien-dijo Emmett, dándome un pequeño abrazo-

-¿Se sabe algo de Ryan?

-Nada nuevo, no ha visto a nadie cerca de Seattle, que venga hacia aquí.

-Fue buena idea, que él se quedara allí para vigilar, si alguien venía hacia esta zona. Aunque, estaremos en desventaja sin él cuando lleguen esos vampiros.

Una vez todos abajo, les explicamos lo que íbamos a hacer.

-Haced lo que tengáis que hacer, no os preocupéis por nosotros, estaremos bien-dijo el viejo Quil-

Ante el gruñido de Emmett, cerré la puerta con el cerrojo y ellos desde dentro cerraron el resto, después me preparé y salí al jardín.

Cuando llegué junto a Rosalie y Emmett, me sorprendió sobre manera, ya que allí se encontraban 6 vampiros y junto a ellos, Sam en forma de lobo.

- ¿Qué has hecho? nos has traicionado, a la tribu, a tu familia-dije en mi mente-has dejado por los suelos la reputación de la familia Uley, nunca hubiera creído algo como esto de tu parte. Con lo que has hecho, si no mueres hoy, sabes que tanto tú, como Emily y tus hijos serán desterrados de la tribu ¿verdad? Y por consiguiente dejarás de ser el alfa de la manada.

Sam bajó su cabeza, evitando mi mirada.

-Venimos a por la loba de Kyle, sabemos que la tenéis-dijo uno de ellos-

Emmett, Rosalie y yo les gruñimos.

-Por encima de nuestro cadáver-dijimos los tres-

-Tú, lobo, eres el único que conoce a la pareja de Kyle, ve en su búsqueda, nosotros nos desharemos de estos tres-dijo uno de los vampiros-

-Lo siento Leah, tienen amenazada a mi familia-dijo mentalmente, antes de salir corriendo hacia mí-

Sin poderlo evitar, corrí hacia Sam en mi forma humana y lo tumbé. Sam estaba sorprendido, nadie de la manada sabía mi fuerza y dureza desde que soy mitad vampiro mitad lobo. Rosalie y Emmett se lanzaron hacia los vampiros.

Sam intentaba morderme o eso parecía, pero siempre lo esquivaba, hasta que uno de los vampiros que no estaba peleando con Rosalie y Emmet, se acercó a la casa, donde estaban escondidos todos. Sin que Sam se lo esperase, le golpeé en la cabeza y quedó inconsciente. Una vez lo reduje, corrí hacia el vampiro que subía las escaleras del porche, salté sobre él.

-No vas a tocar a mi familia, chupasangre-dije arrancándole la cabeza-

De pronto apareció otro vampiro, ya solo quedaban 4. Fui a por él, pero de un empujón, me estrelló contra la puerta de la casa, derribándola por el camino. Empecé a levantarme, pero antes de hacerlo, de nuevo me golpeó y me mandó contra las escaleras, que llevaban a la segunda planta.

-Maldito chupasangre-dije gruñendo, me estaba empezando a cabrear y mucho-

-Y pensar que en un principio nos habías engañado-dijo riéndose-pensé que al ser un hibrido perfecto, serías más fuerte.

Ante su comentario, me levanté deprisa y le propiné un puñetazo que lo mandó fuera de la casa, atravesando una de las paredes. Seguí atacándolo y esquivando sus golpes, a mi derecha se encontraban Rosalie y Emmet luchando contra un vampiro cada uno, Ryan había llegado y estaba luchando contra Sam.

-Vamos a acabar contigo-dijo golpeándome en el pecho, haciéndome salir disparada contra un árbol-

Intenté tomar aire, mientras el dolor en el pecho se calmaba, la cabeza me dolía horrores, mi brazo izquierdo estaba lleno de sangre, seguramente alguna rama o algo me había herido. Una vez en pie, corrí dirección al maldito chupasangre, pero de nuevo me volvió a estampar contra otro árbol, estaba muy cansada y necesitaba entrar en fase, para curarme, respiraba de forma errática, cuando el vampiro esta vez me mordió, haciéndome gritar de dolor.

-Ahhhh-su mordisco quemaba demasiado, tenía sed, necesitaba beber de su ponzoña-

Con un último esfuerzo salté sobre él y lo mordí en el cuello, cuando la ponzoña empezó a entrar en mi sistema, noté como recuperaba mis fuerzas poco a poco. Otro vampiro apareció de pronto, alejándome de mi comida, cabreada corrí y al fin entré en fase. Por un momento todo quedó en silencio, y fue en ese preciso momento cuando me abalancé contra los dos vampiros, primero acabé con uno y luego con el segundo.

Miré a mi alrededor y tanto Rosalie y Emmett como Ryan estaban rodeados por cuatro vampiros cada uno. Corrí hacia ellos llevándome algún vampiro por delante e intenté comunicarme con la manada, necesitábamos ayuda urgentemente.

-Kyle, Seth o Jake, si alguien me escucha...necesitamos vuestra ayuda, estamos rodeados, tenemos a Sam y yo...no sé cuánto tiempo puedo aguantar, estoy cansada y herida-terminé mi llamada mental y seguí peleando con esos malditos vampiros-

Rosalie, Emmett y Ryan se unieron protegiéndose la espalda y yo junto a ellos.

-Leah... ¿estás bien? -me preguntó Ryan-

-No creo aguante mucho más en mi forma de lobo, estoy demasiado débil y las heridas tardan en curarse, ya he intentado contactar con Kyle, Seth o Jake, pero no tengo respuesta aún-le contesté mentalmente-

Cada vez me costaba más respirar, quizás en alguno de los golpes me había roto alguna costilla y esta había perforado alguno de los pulmones. Finalmente, media hora después, no podía más y volví a mi forma humana.

-Toma mi camisa-dijo Ryan-

-Gracias-dije presionando mi pecho, que empezaba a arder otra vez-

A la distancia empecé a escuchar muchas pisadas viniendo hacia nosotros.

-Creo vienen más-contesté, cuando vi a uno de los vampiros dirección a la casa-

-No-dije corriendo con todas mis fuerzas hacia la entrada, para evitar que llegasen a mi familia-

- ¡Leah! -gritó Ryan-

Escuché a Ryan, pero no pensaba dejar que ese vampiro fuese a por mis hijos. Estaba justamente sobre ese maldito chupasangre, cuándo algo duro, golpeó mi cabeza y todo se volvió negro.

Mi vida patas arriba, la historia de Leah ClearwaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora