Capítulo 71

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Aquí os dejo otro capítulo, espero lo disfrutéis. Nos leemos pronto.

Fue una semana después, cuando la tranquilidad llegó a su fin, para ser exactos, justamente estábamos a una semana de San Valentín.

-¡Leah!-entró de forma abrupta Kyle en la casa-

-Estoy en la piscina-grité-

-Sal rápido, tenemos que preparar tus cosas, no hay tiempo, en una hora sales hacia Seattle-dijo Kyle, nervioso, ayudándome a salir de la piscina-

- ¿Ya? ¿qué ha ocurrido? -dije cambiándome de ropa, mientras Kyle recogía las cosas de Halian y las metía en un pequeño bolso-

-Hay un traidor en la manada, le ha estado pasando información a los Vulturis. Alice tuvo una visión hace media hora, mientras compraba en Seattle. Llegaran pronto, quizás una semana como mucho. Ella está preparando una casa que compraron hace unos años, para vosotros-dijo, metiendo las cosas en el maletero del coche y después sentando a Halian en su lugar-

- ¿Cómo ha sido eso posible? ¿Quién ha traicionado a la manada? -pregunté sorprendida-

- ¿No te puedes hacer una idea? -contestó cabreado-sube

-No, todos somos una familia, nos ayudamos como tal y odiamos a los vampiros.

-Solo hay una persona que se beneficiaría con mi muerte y con tu soledad-dijo aumentando la velocidad, para salir de la reserva dirección a Seattle-

-Kyle...sin rodeos-contesté-

-Sam, ha sido Sam, llevaba varios días actuando raro y de pronto, Emily y la niña se marcharon de la reserva, anoche le tocaba guardia junto a Paul y adivina, lo descubrió hablando por teléfono con un vampiro, le dio tiempo a escuchar, como le decía que estabas embarazada y nuestra ubicación exacta. Paul salió corriendo de allí sin que Sam lo descubriese y nos lo ha contado hace unos minutos, después de seguirlo toda la noche.

Sam les ha pedido protección para él y su familia, por eso se marcharon de la reserva, quiere deshacerse de mí y así manejarte a su antojo, al estar sola. No sé, que más les habrá contado, si saben de Ann Arbor o de Seattle, pero tenemos que actuar ya. Te quiero lejos de aquí, cuando lleguen esos desgraciados.

-No puede ser cierto, Sam, nunca traicionaría a la manada, son su familia. Y con respecto a mí, él es la imprimación de Emily, la ama. Al igual que yo te amo y soy tu imprimación. Algo ha tenido que pasar, para que hiciese algo como eso, siendo el alfa. Tal vez es una estrategia-dije esperanzada-

-Cariño, desde que yo llegué, ha hecho todo lo posible por alejarme de la manada. Me teme, al ser un antepasado suyo, me culpa seguramente de todo lo ocurrido con su padre y su abuelo. Se sintió amenazado. Me da igual lo que me haga a mí, lo que no voy a permitir, es que te utilice a ti o a los niños en su venganza personal.

-Emily nunca permitiría algo así...todo esto me parece tan surrealista-dije abrazándome a mí misma-

-Leah, prométeme que pase lo que pase, no harás ninguna locura. Necesito saber que estaréis bien, para estar preparado cuando todo empiece.

-Te juro, que no haré ninguna tontería. Pero también te prometo, que haré todo lo que esté en mi mano, para proteger a nuestra familia-contesté llorando-

-Y yo te prometo lobita, que cuando todo esto acabe, nos casaremos. Te amo.

-Te amo, cuídate-dije bajando del coche-

-Lo haré, sube al coche de Emmett, él te llevará con el resto, nos vemos pronto-dijo besándome, antes de entregarme a Halian y marcharse dirección a la Push-

Tanto Kyle como yo odiábamos las despedidas, era la primera vez que nos separábamos, desde que nos vimos cara a cara en mi graduación, el pasado mes de junio. Las lágrimas corrían por mis mejillas libremente, solo esperaba que todo terminase bien.

-Mami, no llores, papá es fuete y nos va a proteger-me dijo Halian limpiándome las lágrimas-

-Así es Halian, papá estará bien y nos protegerá.

-Todo va a salir bien Leah-habló Rosalie-

Cuarenta y cinco minutos después, Emmett paró el coche, ante una casa de dos plantas con un amplio jardín y todo rodeado de árboles.

-Hemos llegado-dijo Rosalie-

Rosalie cogió a Halian y Emmet me ayudó a bajar del coche. Una vez fuera, fuimos recibidos por Charlie y mi madre.

-Al fin habéis llegado, ¿qué tal el viaje? -preguntó mi madre-

-Agotador, me duele la espalda, tengo los pies hinchados y la vejiga me va a reventar-dije con una mueca-

-Entra cielo, es normal, estás de siete meses y medio, y son dos bebés. Entra aséate y descansa-comentó mi madre-

Después de asearme, como propuso mi madre, me puse ropa cómoda y me senté con los pies en alto, junto al viejo Quil y Billy. Agotada de todo el día, me fui temprano a dormir, pero el estar alejada de Kyle, me impedía dormirme y relajarme. Esa fue la primera noche que tuve pesadillas con los Vulturis, Sam y la muerte de Kyle. Por la mañana temprano, fui a la cocina e intenté relajarme, mientras tomaba un vaso de té caliente.

Pronto empezaron a aparecer todos por la cocina, estuve un rato con Halian y miré mi teléfono, no sabía si llamar a Kyle o sería más difícil despedirnos después.

Los siguientes días fueron una tortura, pasaban lentos y sin apenas nada que hacer, aparte de leer, pasear por el jardín y jugar con Halian, no podía hacer nada más por mi estado. Con Kyle solo hablé una noche, para informarme que todo seguía bien y que no tenían noticias de Sam.

Emmett y Rosalie hacían rondas de vigilancia todos los días, Charlie y Sue eran los encargados de hacer la compra de víveres, el viejo Quil y Billy estaban entretenidos con un pergamino antiguo que trajeron de la Push, además de vigilarme. 

Mi vida patas arriba, la historia de Leah ClearwaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora