Capítulo 3.

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Beam alzaba la cabeza cada vez que la puerta se abría con la esperanza de ver a Forth ahí. Le había mandado por mensaje la ubicación y la hora acordada. Pero llevaba más de 1 hora esperándolo y no parecía que fuera a aparecer.

Sus amigos notaron su decepción, aunque ninguno sabía que había estado esperando a Forth, e intentaron reanimarlo.

No era muy fácil dado que Pha tenía a Wayo a su lado, rodeando sus hombros con un brazo protector, y dirigiendo miradas asesinas a aquellos que miraban demasiado a su novio.

Por otro lado, Kit parecía demasiado ocupado despreciando los afectos de Ming como para centrarse de verdad en su amigo.

Beam se sentía muy excluido, sabía que era tonto, sus amigos estaban felices, incluso Kit aunque no lo admitiera. El también debería estar feliz por ellos, pero verlos divertirse de esa manera hacia que recuerdos dolorosos aparecieran en su mente, como una herida que volvía a abrirse.

El vacío en el pecho se había vuelto habitual para el, sabía que estaba ahí pero había aprendido a vivir con ello. Jamás se convirtió en una sensación agradable pero se había resignado a que jamás podría reparar el daño que había en su tan maltratado corazón.

Estar ahí solo empeoraba su dolor de cabeza, sentía como le martillaban las sienes y no quería arruinarles la noche a sus amigos. Les puso una excusa rápida de que había quedado con una chica. Nadie dudo de su palabra, pues había una reputación que lo respaldaba.

Salió del bar rápidamente y no había caminado ni 2 cuadras cuando, por ir mirando el suelo, chocó de frente con alguien.

Era Forth, iba vestido con unos pantalones largos y una playera suelta, llevaba zapatos deportivos y unos lentes de sol le colgaban de playera.

-Perdón, no estaba prestando atención al camino. Espera ¿Beam?

El nombrado había quedado tan anonado que no pudo responder, aceptó la mano que Forth le ofrecía y se levantó.

Estando de pie fue consciente del tacto del más alto con el suyo. La piel de la palma de su mano era suave y firme, se cerraba fuertemente sobre la suya y le daba una calidez agradable.

Forth soltó su mano unos segundos después, como si hubiera olvidado que aún lo sujetaba y lo miró con una sonrisa ladeada y con una pregunta en sus ojos.

-No me sentía muy bien, así que deje a los chicos ahí. Además, pensé que ya no venías.

Forth soltó un largo suspiro y apartó la mirada de Beam, como si mirarlo no le permitiera pensar, saludo con una inclinación de cabeza a algunas chicas que pasaban por ahí y estas rieron.

¿Porque no coquetearían con él? Es muy guapo, casi fue moon de la universidad el año pasado, sólo superado por Pha.

-La verdad sólo venía por ti. No tengo ganas de estar entre dos parejas melosas. ¿Quieres que te acompañe a tu casa?

Beam no vio porqué no podría hacerlo así que solo asintió. Forth caminaba con las manos metidas en los bolsillos. Su paso era regular y relajado, como si nada en el mundo lo perturbara. Beam se concedió mirarlo más detenidamente.

La ligera brisa le agitaba el cabello y le daba un aire más juvenil, sus ojos grandes estaban fijos en el camino que tenía delante, sus brazos se veían fuertes, seguramente gracias a muchas horas de gimnasio. Beam se preguntó cómo sería estar entre esos brazos, que lo estrecharan fuertemente contra su pecho...

Agito la cabeza, aturdido.

¿Porque estaba pensando esas cosas?

Se tocó la cabeza para ver si tenía fiebre.

-¿Qué tienes?- Preguntó Forth, deteniéndose un momento para mirarlo con una ceja alzada.

-Solo verificaba que no tuviera algo de fiebre.

-Dejame, yo lo hago.

Sin previo aviso tomo la cabeza de Beam entre sus manos, y se acercó lentamente hacia el. Beam comenzó a sentir un extraño hormigueo en el estómago, la cercanía de Forth le provocaba un inusual calor.

El más alto acercó su boca a la frente de Beam, estuvo ahí, cerca pero sin llegar a tocar, unos cuantos segundos que para Beam fueron eternos y a la vez muy fugaces.

Entonces, Forth se alejo de él con su semblante imperturbable, sin saber las emociones que había despertado en Beam.

-No me parece que tengas fiebre, pero de todas formas podemos pasar a una farmacia aquí cerca y comprarte unas pastillas. Solo para prevenir.

Beam había quedado tan perplejo que sólo le quedó seguir a Forth sin oponer una real resistencia.

¿Que fue eso?

En su mente giraba una y otra vez la sensación del cuerpo de Forth tan cerca del suyo, su boca a unos escasos milímetros de su frente, su aliento sacudiendole levemente el cabello, las manos de él en sus mejillas. Solo el recuerdo de su cercanía hacia que a Beam se le dificultará respirar.

¿Que me está pasando?

Forth se detuvo y con una media sonrisa abrió la puerta de la farmacia para que Beam pasara. Al pasar por su lado su hombro rozó el pecho del más alto, sintió un calor recorriendole todo el cuerpo y se obligó a sí mismo a seguir avanzando.

Una vez dentro, Forth se quedó a un lado mientras que Beam se acercó a una joven que estaba del otro lado del mostrador.

Pidió un bote de pastillas para la fiebre, lo cual le pareció una estupidez dado que sabía que no tenía, y un vaso de agua.

La joven desapareció un momento para volver en unos cuantos segundos llevando el bote y el vaso.

Noto que cuando fue a tomar ambas cosas, la joven cajera rozó sus manos, acariciandolas. Beam levanto la vista y se encontró con sus ojos verdes sonriendole juguetonamente.

No era extraño para el, solía atraer a las chicas, era un juego que siempre le había sido divertido. Pero justo en ese momento se sentía demasiado exhausto como para seguirle la corriente.

Forth fue el que lo salvo de esa, se acercó a paso rápido hasta la caja y pidió saber cuando había que pagar. Beam intentó insistir en que no hacía falta, pero Forth no lo escuchaba, tenía una mirada dura y penetrante puesta en la joven. Ella también debió de sentirse observada por lo que no dirigió otra mirada a Beam y se contento con terminar la compra con Forth. Este pago y tomo las cosas, Beam lo siguió solo un segundo después de dedicarle una mirada de disculpa a la cajera.

Sol de luna - ✨ForthxBeam✨Where stories live. Discover now