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Los tres chicos ya estaban en el pueblo, por pura fortuna Luzu no cayo en ninguna de las minas aleatorias que sus compañeros ponían y, por ende, sus pequeños tampoco.

Ahora se encontraban tranquilamente caminando hasta la heladería, hasta que los tres oyeron un¡Espera Trotu, cuidado!, antes de que él mayor fuera prácticamente tacleado. Aquel golpe no lo derrumbo, más si lo aturdió levemente.

¡Mami!

Tanto Frederick como Manolo gritaron al unísono al ver como el de hebras castañas se tambaleaba levemente.

¡Luzu, per–, ¡ah!, ¡perdón!

Finalmente, un albino con ojos esmeraldas llego a donde estaban, jadeando para conseguir aire puesto que la carrera para alcanzar a su hijo lo había agotado. Y hablando del hijo del albino, este mismo se escondió detrás de las piernas de su padre, asomando levemente su cabeza solo mostrando uno de sus ojos carbón y un poco de su cabellera verde lima.

¿Willfred?, oh, no hay problema.

Sonrió de manera suave, tomando el cuello de la camisa de sus pequeños para que no hicieran alguna imprudencia. Ya había enfrentado al hijo de su amigo unas cuantas veces, no era tan lindo y tierno enojado.

Willy, por su parte, se había agachado a la altura de su pequeño para poder hablarle silenciosamente, poco después, él pequeño con cabellos lima se acerco tembloroso a los otros chicos.

Pe–Perdón señor Luzu... Papá y yo solo estábamos jugando... ¡Ju–Juro que no lo vi!.—, finalmente, el pequeño de cabellos lima hizo contacto visual con él mayor de todos los presentes.

No hay problema pequeño, solo fue un accidente., Luzu volvió a sonreír de manera suave, soltando a sus pequeños cuando estos escucharon las disculpas del niño mayor.

De todas formas, Luzu, ¿Qué andan haciendo por aquí?.

Finalmente él albino le dirigió mas que una disculpa, estando con la respiración ya calmada.

Oh, simplemente traje a mis pequeños a una salida familiar a la heladería

Respondió con simpleza, otorgándole al adulto menor una pequeña y sincera sonrisa.

¡Vengan con nosotros!

Grito animado Manolo al ver aquella sonrisa en su madre, por una vez en un tiempo, logro ver una sonrisa no–forzada en él y, sospechaba, era gracias al de hebras blancas.

¡Sísí, vengan con nosotros!

Secundo Frederick que, igual que su hermano mayor, logro ver aquella sonrisa que solo volvía más hermoso a su apreciado progenitor. Él también sospechaba que fue el hombre de boina quien ocasionó la sonrisa.

Él menor de los adultos sonrió levemente, alzando suavemente una de sus cejas¿Estáis seguros chiquillos?, que no queremos ser una molestia en vuestra salida familiar.

— Venga Willfred, se que eres una sopa de veneno, pero tu niño no tiene la culpa de ello. ¡Así que venga ya!, vengan con nosotros.

Bromeo un poco con él albino, sacando risas en este a la par que asentía. Mientras tanto, los niños solo trataban de entender a que se refería con “sopa de veneno”.

Bien, bien, vamos con ellos Trotu.

Él de orbes esmeralda termino cediendo a la invitación.

¡Una carrera a ver quien llega primero a la heladería!, grito Frederick, comenzando ya a correr.

¡Oye!, ¡Eso es trampa!, grito su hermano mayor, corriendo tras de él.

Los dos adultos rieron suavemente ante la escena, Trotuman solo miraba esta misma, queriendo ir con los chicos pero no queriendo dejar a su padre.

Willy vio esto y le dio un leve empujón, incitándolo a ir con los chicosAnda, ve a divertirte con ellos., fue lo único que debió de decir para que el de cabellos lima corriera tras los chicos.

¡E–Esperenme!

Fue lo último que los adultos escucharon antes de que lograra alcanzar a los otros dos menores.

Willy observó como los ojos de Luzu iban perdiendo esa luz característica de él cuando los niños ya estaban alejados. Sabia la razón de ello, y odiaba a la razón. Aún así, decidió hablar sobre esta misma, Luzu debía y merecía desahogarse correctamente.

Luzu, ¿Sabes dónde esta Auron?

¡Vete, él es nuestro nuevo papi!Where stories live. Discover now