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Estaba decidido, les diría a sus niños que papá se fue, que no fue suficiente para él... Claro, lo haría antes de llegar a la heladería del pueblo, no quería que sus pequeños sufrieran tanto. Tal vez, el helado los ayudara a los tres a pasar sus males, como el vino, pero menos dañino para sus queridos retoños.

Soltó todo el aire que estaba conteniendo, y con el soltó un poco de su tensión. Formo una pequeña pero cariñosa sonrisa a sus hijos antes de hablar. — ¡Niños!, espero hayan ordenado sus camas, ¡Que si no no tendréis helado!.

Él mayor rió suavemente antes los jadeos unísonos de sus pequeños, que llegaron prácticamente como un rayo.

— ¡Yo ya arregle mi cama!.

Menciono, mejor dicho, grito, el niño de cabellos rosados, haciendo una pose militar, cual si estuviera frente un cadete militar en lugar de su madre.

— ¡Y–Yo también arregle mi cama!

Ahora fue el turno del menor presente de informar/gritar, copiando torpemente la acción de su hermano mayor, sacándole más risitas a Luzu, que tuvo que cubrir su boca para no soltar una carcajada pura. Sus niños si que lo valían todo.

— Esta bien, esta bien, os creo chiquillos. Pero bueno, vayamos ya al pueblo que luego nos cierran la heladería y debo contaros algo.

La sonrisa del chico con ojos bicolor flaqueó levemente, pero trato de reponerse rápidamente.

Los niños le miraron, estudiandole. No eran tontos como para no sospechar que era ese “algo” ni tampoco ciegos para no ver como los ojos de su madre perdía el brillo poco a poco con el pasar de los días, ó el como debajo de sus ojos ya se empezaban a formar bolsas negras, como si hubiera sido brutalmente golpeado ó también el como sus sonrisas se volvían más forzadas que nunca. Todo aquello les preocupaba, parecía que aquel chico de hebras castañas que les cuido desde siempre poco a poco iba perdiendo el color en su vida. Aquello no solo asustaba de sobre manera a los infantes que vivian con él, si no también a cierto albino que siempre tenia su mirada puesta en aquel lugar donde vivían ahora tres personas.

¡Vete, él es nuestro nuevo papi!Where stories live. Discover now