—Claro que no. —Respondió Zayn a la defensiva—. ¿Crees que si ellos supieran sobre Louis no lo habrían matado ya? Harry, son mafiosos, ellos no piensan con la cabeza fría, ellos no se tomarían la molestia de preguntarnos acerca de ese chico, sólo lo matarían y ya.

—Entonces, ¿qué mierda quieren?

Lo pensó algunos segundos y se encogió de hombros. —Seguro hacer negocios con nosotros. O hablar de la balacera que armamos en el restaurante hace poco, recuerda que ese cliente era recomendado por el señor Linor.

Harry miró a Zayn durante algún tiempo, después negó con la cabeza y suspiró pesadamente, frustrado. —Mierda, Zayn. Sabes que yo ya no puedo hacer negocios con esas personas. Ahora ya no depende solo de mí. Si Louis se entera que…

—Tendrá que aceptarlo. —Interrumpió—. Además, sabes perfectamente que no puedes salirte del negocio así de fácil. Estarías arriesgándolo demasiado. Si quieres salirte de esto va a tomar tiempo, y lo sabes. Tendrás que hacer un trato con los clientes mayores, o fingir estar demente para que ellos te dejen ir con confianza.

Harry continuaba negando con la cabeza. —¿Y qué le diré a Louis?

—La verdad. —El rizado miró a su amigo sorprendido, y éste prosiguió—. Me parece justo que le digas a Louis el grave peligro al que se arriesga contigo, Harry. Tiene que aceptar ese riesgo por voluntad propia y no porque ni siquiera estaba enterado. Creo que si ya aceptó que seas un sicario, aceptará cualquier otra cosa, está enamorado de ti.

Fue un golpe duro, pero sabía que tenía razón. Él no podía ocultarle a Louis eso, sobre todo porque se trataba de peligro real que podía acabar con su vida. —De acuerdo, vayamos a hablar con el hombre para ver qué es lo que quiere, y después hablo con Louis. —Volvió a suspirar. Zayn asintió sintiendo alivio de que Harry no se hubiera puesto a la defensiva, metiéndolos en problemas.

-------------------------

Por fin su ronda había terminado.  Había tenido una noche lo bastante movida para si quiera recordar el asunto de Harry.

Estaba en su oficina recogiendo sus pertenencias para salir del hospital. Nunca antes se había sentido tan agotado mentalmente como esa mañana. Su único deseo era ir a casa y dormir toda la mañana para poder recibir a Harry de buen humor y con energías.

Se quitó la bata y el estetoscopio dejándolos sobre su escritorio. Tomó su móvil y aprovechó para revisar los mensajes y llamadas perdidas que había recibido durante la noche, pues nunca solía utilizar el teléfono si se encontraba trabajando. Tenía algunas llamadas sin importancia incluyendo una del rizado. No tenía ánimos para regresarle la llamada y optó por mandarme un mensaje sencillo.

“Buenos días, Harry. Perdón por no haber contestado la llamada, a esa hora seguía trabajando. Paso por ti a las 3 pm.”

Metió el teléfono en los bolsillos de su pantalón, tomó las llaves de su auto y revisó una vez más el escritorio para asegurarse de no olvidar nada. Salió de la oficina dirigiéndose hacia el estacionamiento del hospital.

En los pasillos recibía saludos de algunos doctores y enfermeras felices de verlo, pero él solo sonreía sin ánimos y continuaba caminando. Nunca antes había sentido esa horrible sensación a causa de tanto cansancio y emociones combinadas.

Pensó en hablar con su padre y contarle acerca de lo que pasaba con Harry, pero una parte de él sabía perfectamente que su padre nunca aceptaría ayudar a un delincuente, mucho menos si Louis confesaba que estaba en una relación con él. Su padre nunca aceptaría su relación con el rizado ni siquiera suponiendo Harry fuera la persona más buena del mundo. Era un hombre, y eso le era suficiente para rechazarlo en todos los sentidos.

Poisonous Rose (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora