Capitulo dos: Pasado

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- Mierda, me quedé dormida- Me quejé estirándome en la pequeña cama, y mirando el horario- La señorita Hooch me va a matar.

Me vestí de forma rápida, y tomé mi Nimbus 2001 de forma rápida para irme hacía la clase de vuelo. Corrí por casi todo Hogwarts hasta llegar al patio, en donde ya se encontraban todo el resto de casas.

- Llegas tarde, Gaunt- Dijo la profesora nada más me vio llegar al campo, atrayendo mi escoba hacía su mano.

- Lo sé, lo siento- Dije pidiendo perdón, y mirando a todos los niños de primer año- ¿Me devuelve mi escoba por favor?.

- Bueno niños, esta inoportuna es Natalia Gaunt- Pegó mi escoba a mi pecho con fuerza, devolviéndomela- Capitana del equipo de Slytheryn en quidditch, además de prefecta y nos ayudará en las próximas clases.

- ¿Eres sangre pura?- Preguntó una pequeña Ravenclaw, haciendo que todo el resto de los niños me miraran con miedo.

- Eso no les incumbe, niñitos- Respondió Hooch molesta por mi, yo simplemente le puse una mano en el hombro y le guiñé el ojo. Tiene muy malas pulgas.

- No pasa nada- Di una de mis sonrisas encantadoras- Quiero aclarar algo, no por ser sangre pura o de Slytherin somos malos ¿Vale? Merlín era de mi casa, y es uno de los mejores magos de todos los tiempos.

- Eso eso- Dijeron dos chicos que había visto antes en nuestra sala común, se notaba que estaban orgullosos de pertenecer a la casa que pertenecen.

El resto de la clase pasó sin ningún otro inconveniente, yo les mostré como volaba con mucho control, pero a la vez con bastante felicidad, pasaba a través de los chicos y de la profesora, mientras esta me miraba intentando esconder una sonrisa. Yo sabía que en el fondo me quería.

- Natalia, tienes clases de pociones en media hora- Me gritó Hooch mirando su reloj, al ver que no bajaba y seguía haciendo piruetas para hacer reír a los críos- Venga, fuera los de primer año, que ya terminó la clase.

- Déjame llevarme un crío a dar una vuelta- Pedí al bajar, secándome el sudor de la frente con el brazo, me miró negando- Venga porfa, sabes que no va a pasar nada.

- Bueeeeno, pero te quiero de vuelta en cinco minutos- Celebraron los niños y también yo- Te digo en serio Natalia, como te pases te penalizo.

- Que si que si- Dije empezando a moverme alrededor de todos los niños, hasta que tomé a una del brazo y la subí muy rápidamente- Nos vamos, Marina.

- Pero que me mato- Se reía mientras intentaba acomodarse, los otros chicos se asombraban al ver que empecé a subir con ella casi en paralelo- Me resbalo, me resbalo.

- Agárrate de mi- Pedí tomando su bracito y seguí subiendo hasta que llegamos a un punto en donde se veía todo el castillo, y la gente que estaba abajo se veía como hormigas- ¿Te gusta?.

- Le tengo mucho miedo a las alturas- Me decía sin dejar de mirar hacía arriba, para evitar ver la caída- Mi hermana me dijo que si me caigo de la escoba la probabilidad de morir es muy alta.

- ¿En serio tu hermana te dijo eso?- Me giré a mirarla, por la sinceridad de la más grande y ella solo asintió- Bueno, pero mira lo precioso que se ve desde aquí.

- Alaaa, se ve toooodo- Dijo cuando finalmente abrió los ojos, y saludó a sus amigos desde las alturas- Mira, ahí está el lago.

- Pero si te gusta y todo- Comenté riéndome, viendo una muy pequeña cabellera rubia entrando al patio- ¿Esa es tu hermana?

- Creo que si- Dijo entrecerrando los ojos para intentar ver mejor- Dijo que iba a venir a buscarme para llevarme a la siguiente clase.

- ¿Confías en mi?- Pregunté con una sonrisa traviesa, a lo que ella asintió algo insegura- Salta.

La Profecía de las casas- ALBALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora