十四

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Que Nezuko pudiera caminar bajo el Sol era un milagro a la vez que un peligro. De un momento a otro, los demonios dejaron de aparecer y más que algo bueno, era inquietante. Kyomi estuvo cuidando de Muichiro y de Mitsuri, ya que después de la batalla quedaron inconscientes por alrededor de dos días. Cuando recobraron la conciencia, la de ojos grises se ofreció a hacerles una gran comida, alegrando a ambos.

Los Pilares fueron citados a una reunión urgente, Amane llegó de nuevo en representación de Kagaya. Explicó el motivo de la reunión y cuestionó acerca de las marcas que habían obtenido el Tokito y la Kanroji durante la batalla contra las Lunas Demoníacas. La de cabello bicolor comenzó a explicarlo de una forma extraña, hasta que el de ojos menta pudo dar un juicio más acertado y comprensible.

—Necesitamos que comiencen un entrenamiento especial a fin de obtener la mayor cantidad posible de espadachines marcados. Si tenemos eso a nuestro favor, podremos tener algo de probabilidades de ganar— detalló Amane con una expresión seria antes de retirarse.

—¡Hay que ponernos de acuerdo!— animó la Pilar del Amor.

—Yo no participaré en eso, pónganse ustedes de acuerdo— habló el Tomioka levantándose.

—¿Pero qué mierda te pasa? Todos debemos cooperar y ayudarnos— le respondió con ira el Shinazugawa.

—Es que chicos, yo no soy como ustedes— aclaró Giyu con una expresión seria.

—¡¿Te crees mejor que nosotros, acaso?!— gritó completamente furioso el Pilar del Viento.

Mitsuri trató de intervenir, pero era en vano, el Tomioka salió del lugar antes de que Kyomi pudiera pararlo, ella comprendía sus palabras, sin embargo, sus compañeros no lo hacían. Gyomei fue el que comenzó la platica para la preparación de los entrenamientos, cada pilar impartiría a uno, a excepción de Kyomi y Kyojuro, que serían el entrenamiento final exclusivo para los que completaran con éxito el del Himejima.

La Tsukino visitaba constantemente a Tanjiro para ver si despertaba, al séptimo día ya estaba consciente y se encontraban conversando acerca del próximo entrenamiento.

—¿Así que Rengoku y tú serán un entrenamiento especial?— cuestionó con ilusión el Kamado.

—Sí, serán batallas uno a uno, de acuerdo a las habilidades del espadachín. Trataré de llevarlos a su límite para intentar obtener sus marcas— explicó la chica —Sólo que me da miedo matarlos.

—No creo que suceda— comentó el de cabello rojizo —Ahora que lo pienso, tu aroma no es igual al de ningún pilar.

—¿Me estás diciendo que huelo mal? Me baño todos los días— dijo apenada.

—No, no, no me refiero a eso— se disculpó él —Tu esencia, es a lo que trato de llegar. Realmente, si no me esfuerzo, no puedo olerte. Es como si tu presencia no existiera.

—Hmm, es una costumbre, supongo. Pero me he apegado tanto a ocultar mi presencia que ya no recuerdo cómo no hacerlo. ¿Y qué es lo que sientes sobre mí?

—Lo único que puedo percibir es gratitud, no hay otra descripción— comentó Tanjiro.

—No sé si eso sirva de algo— habló Kyomi con una expresión en blanco —Pero está bien, tu eres el de buen olfato. Yo sólo veo bien.

Un golpe en la puerta interrumpió su conversación, era el herrero de Tanjiro, Haganezuka, quien venía con la espada finalmente terminada. De sólo recordar su rostro y lo que había dicho sobre él, la Pilar comenzó a ponerse nerviosa y su cara enrojeció.

—La… espada— habló tenebrosamente el herrero —Oh, señorita Tsukino— reverenció cambiando su tono de voz —Toma la maldita espada— gruñó hacia el de cabello rojizo.

Aliento de la Luna | Kimetsu No YaibaWhere stories live. Discover now