☠Capítulo catorce.☠

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Este estaba sentado mirando hojas cuando alguien golpea el marco de su puerta. Este levanta la vista para ver a la rubia  con su remera larga.

—Me mentiste—murmuró esta.

—¿Qué?—preguntó confundido.

—Dijistes que ibas a estar cuando me desperara. Pero, te fuistes

—Oh, bueno, tal vez te incomodaba.

Betty negó sentandose en la silla frente a él y subio una pierna, abrazándola. Jughead la miró, un poco soprendido.—Creo que si estuviera incómoda, no hubiera venido aquí.

—Y creo que estoy un poco orgulloso teniendo en cuenta que casi te quitas la vida dos veces ayer—este la miró.

Sin embargo la rubia tragó saliva—No me des ideas—pidió.—Gracias por dejar que me quede en la noche.

—Esta bien. No creía que dejarte sola en tu casa sea el mejor lugar.

Betty asintió—Si... no lo era.—esta lo miró—¿Quieres algo?

—¿Qué?—preguntó este confundido.

—Si necesitas mi ayuda o quieres que te haga el desayuno, no lo se, hacer algo por ti antes de irme.

—No tienes que irte. Si lo deseas, puedes quedarte—soltó.

—Gracias, pero debo ir al hospital. Ni siquiera se si mi madre sigue respirando—soltó encogiéndose de hombros con un nudo en el estómago—Y mis amigos deben estar preocupados. Así que... ¿me dejas hacerte un desayuno?

—De hecho, haste para ti. Yo ya me he hecho un café.

La rubia lo miró con una mueca—ese no es un desayuno de verdad—soltó levantándose y caminó hasta la puerta.

Jughead no evitó mirar las piernas desnudas de la rubia y fue ahí cuando recordó que la había visto desnuda completamente, y era la primera vez que veía a una chica así sin tener sexo.—No creo que tengas mucho éxito, mi heladera no tiene mucho.

Esta se giró—Hago milagros—soltó para salir de ahí.

Jughead no evitó hacer una mueca divertida para volver a sus papeles. Sin embargo, diez minutos después, un plato se puso junto a él.

Levantó su vista para ver a la rubia con una leve sonrisa—¿Puedo sentarme aquí?. No quiero estar sola—confesó.—No hablaré.

—Claro—dijo extrañado.—Y gracias por...—miró el plato que le dió la rubia.

—Solamente pruébalo y no le busques nombre—dijo algo divertida, pero se le notaba la tristeza

Y fue así, Jughead probo algo desconfiado lo del plato, pero de verdad le sorprendió—Esta... ¿Con qué hiciste esto?—preguntó asombrado.

Betty negó llevandose su taza hasta su boca y tomó un sorbo—No te diré—soltó.

Jughead levantó su ceja—Pues, no tengo mucho en mi heladera.

—Lo suficiente para hacer un desayuno.—este asintió y volvió la vista a sus papeles.

—¿Por qué tienes tanta confianza?—preguntó esta. El chico levantó su cabeza confundido—¿Por qué confias en mi?

—¿Por qué tu confías en mi?—respondió este preguntándole.

—No lo hago, no completamente—Jughead hizo una mirada divertida—Pero, no lo sé. Se supone que eres un gran mafioso, ¿Cómo sabes que no te dalataré?. Se donde vives, se tu nombre, se tu apellido, no lo sé, parece tonto.

Hurts like hell//BugheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora