Roja (Parte 2)

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La espesa niebla oscura en la que Roja se encontraba la ausentaba de cualquier sentimiento o emoción del exterior.

Era como estar en el limbo. Donde nada podía sucederte.

Después de lo que parecieron horas, o incluso años, Roja empezó a sentir.
Al principio no era más que una ligera molestia, como un picor. Pero poco a poco la intensidad fue subiendo de nivel.

Eran como pequeños hilos que tiraban de cada fibra de su ser en direcciones opuestas. Como si le intentaran arrancar la piel, los musculos y los huesos al mismo tiempo. A pesar del creciente dolor que Roja iba sintiendo sus parpados se negaban a despegarse. Como cuando el sol de la mañana te insite para que despiertes pero no quieres levantarte todavía.

Llegó el momento en el que el dolor fue insoportable.
Haciendo acopio de todas y cada una de sus fuerzas , Roja se forzó a abrir los parpados. El proceso fue casi tan doloroso como la tortura anterior, era como si sus ojos estuvieran cosidos por el miedo de lo que se esperaba en el exterior.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, los ojos de Roja se abrieron.
Siendo estos cegados por una cegadora luz blanca que incluso se podría decir que quemaba su retina.

Cuando finalmente se acostumbró a la luz, vió que se encontraba en una habitación oscura, sucia y siniestra.

Una de las cosas más destacables en la habitación era que en las paredes había colgadas herramientas de metal, todas colocadas de forma simétrica. Como un tetris siniestro.

Roja se encontraba en una camilla metálica en la que había correas de cuero para atar extremidades.
Sorprendentemente Roja no estaba atada.

Se fue incorporando con ayuda de sus manos sobre la superficie metálica en la que se encontraba hasta que su torso estuvo en posición vertical.

Una vez colocada se percató de las manchas rojas que había en algunas de la herramientas y en los grandes charcos del suelo.

Una opresión se empezó a instalar en el pecho de Roja, hasta el punto que pensó que su corazón se rompería del disgusto. En su cabeza había una sensación de compresión, como si se encontrara a millas bajo el mar.

Antes de dejar que el miedo se apoderara de su ser, Roja se bajó de la camilla.

Entonces miró a su alrededor y vió unas alargadas bolsas de basura negras.

Su cuerpo se movía solo, como si fuera una marioneta dejando su control al gran titiritero.

Sus manos alcanzaron el material de la bolsa más cercana. Con toda su fuerza en lo dedos rasgó el material en una gran brecha paralela de la que salió un brazo desmembrado. Con tendones colgando por el extremo destrozado y la vista del hueso que conectaba el humero con el cúbito y el radio.

El brazo en sí no fué lo que perturbó a Roja, si no el accesorio que adornaba su dedo anular.
No necesitaba seguir mirando el contenido de la bolsa.

Durante unos segundos Roja no necesitó pensar. Simplemente retrocedió unos pasos hasta que se encontró casi en el medio de la habitación.

Entonces gritó.

Gritó con todas sus fuerzas y con toda su rabia corriendo por sus venas. Gritó por como su vida había dado un cambio tan drástico de un momento a otro. Gritó por que pensó que lo que le había sucedido era injusto.
Ella nunca había ni le había deseado el mal a nadie.

Cuando paró sus rodillas fallaron y golpearon el suelo. Un llanto silencioso provocó que lágrimas de dolor puro salieran de los ojos de Roja y rodaran por sus mejillas.

Después de un tiempo, ya no importaba cuanto para Roja, se empezó a oir jaleo en el techo.
Roja no prestó atención.

Al rato unos policías entraron en la habitación que había sido espectadora de sus lagrimas y lamentos.

Roja pensaba que los policías irían a recorrerla nada más verla, pero no sucedió así.
Cuando Roja intentó tocar el brazo de un oficial este se giró de golpe y comenzó a caminar en dirección a Roja. Esta dió varios pasos hacia atrás intentando no chocar con el, más en cierto momento presenció como aquél policía pasaba através de ella como si fuera humo.

Entonces lo comprendió.

No la habían atendido, ni la habían hecho caso porque no la veían.

Porque no estaba allí.

Estaba muerta.

•••

Al poco tiempo la policía descubrió que el asesinato de la abuelita y roja del asesino apodado "El lobo" no había sido el único que había llevado a cabo.

Se descubrieron los cadáveres de siete hermanos pertenecientes a una familia ultracatólica que desaparecieron hace un año en el estado vecido.
También los cuerpos descuartizados de tres constructores de casas adinerados que desaparecieron dejando una nota.

La policía solo llegó a encontrar al complice del lobo.
Un adolescente solitario llamado Pedro Falsehood. Más no llegaron a sacarle nada ya que se escapó al bosque y días después encontraron su cadaver siendo comido por lobos.

No siempre aparece un heroe que coge al lobo y salva a los protagonistas.

A veces el lobo se sale con la suya y no hay nada que se pueda hacer.

                                      (Fin)

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Buenas a tod@s.

Quiero daros las gracias por vuestro apoyo con la historia.

Me motivan mucho vuestros comentarios y vuestros votos.

La semana que viene subiré el siguiente relato.

Muchos abrazos!!

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