6 - En tu mirada (+18)

Capítulo 12

Bueno os dejo el capítulo 12 a unas horas antes del viernes (hora española). Espero que esteis todis bien, que sé que estamos viviendo unos momentos muy duros por culpa de la crisis sanitaria. Tengo muchis lectoris de latinoamérica y sé que lo estáis pasando realmente mal. 

Un besazo de apoyo a todis. 

(POV TARAN)

Desperté y bosteza estirando mis brazos con cuidado. Miré hacia mi lado y sonreí. Jara estaba tumbada a mi lado, desnuda, cubierta solo por la sábana. Despacio salí de la cama, todavía llevaba puesta la camiseta, no me la había quitado. Debería ducharme.

Entré a la ducha y comencé a rememorar la pasada noche.

*Flashback*

Mientras Jara me besaba decidí separarme de ella. No deberíamos estar haciendo esto y menos cuando iban a casarla en breve. Se armaría un escándalo y ella quedaría como una fulana, sobre todo si su futuro marido decidía repudiarla.

No deberían importarme estas cosas, no iban conmigo, pero algo me hacía querer protegerla. Y de lo primero que debía protegerla era de mi.

—¿Qué pasa? —Ella me miraba confusa. Si tu supieras Jara...

—Jara, esto no está bien.

—Oh, cállate. Me da igual, me da todo igual. Yo lo que quiero es estar contigo, no sé que tienes, pero no puedo estar lejos de ti. Aunque no siempres me trates como merezco... Si para estar contigo tengo que renunciar a toda mi familia, los lujos y todo eso me da igual. No soy una niñita malcriada como tu piensas.

—Eso ahora está muy bien, ¿pero qué pasará cuando empieces a echarlo todo de menos? A tus padres, a tus abuelos, los viajes, la ropa, los coches... Me odiarás. Y yo no sé hasta donde estoy dispuesto a llegar.

Ella se quedó pensativa, estaba decepcionada estaba claro. Bien había funcionado. Conseguí quitármela de encima. Me levanté del sofá y recogí la taza de leche que ya se había bebido y me dirigí a la cocina. Volví al salón para decirle que se podía quedar a dormir esta noche, pero que mañana debía regresar a su casa.

Cuando llegué me quedé con la boca abierta. Estaba de pie, delante de mi totalmente desnuda. Tenía la mirada gacha, le daba vergüenza. Dios, pero ¿cómo quiere que me resista a eso? ¿Quién en su sano juicio lo haría?

—Tú no sabes hacia dónde va esto y yo si te soy sincera tampoco, pero lo que quiero es vivir mi vida y si eso implica que ahora me quiero acostar contigo pues que así sea.

Quise replicar, decirle algo, pero las palabras no salían de mi boca, ni siquiera sabía que podía decirle.

Acorté la distancia que nos separaba y la cogí en brazos. Afianzó sus piernas a mi cintura y comenzamos a besarnos. Subimos en esa misma postura las escaleras, estuvimos a punto de caer un par de veces cosa que nos hizo reír, pero no nos importó.

Sentía que mi miembro iba a explotar. Entramos a mi cuarto y nos dirigí hacia la cama donde nos dejamos caer. Ella se reía mientras mi boca atendía sus pezones.

—Me haces cosquillas con la barba. —Dejé mi trabajo y le miré sonriendo.

—Si quieres paro.

—Ni se te ocurra. —Me agarró la cara entre las manos y nos besamos.

Intentó quitarme, pero la detuve.

—Jara, la camiseta no.

—¿Por qué? Nunca me dejas quitartela, estoy segura que no tienes nada malo que esconder.