Capítulo 2. Tensiones

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Capítulo 2. Tensiones

Pasaron dos días de la forma más incómoda. Eren era amable, pero distante, en realidad parecía que lo hacía para fastidiarla. Sin embargo, ella también estaba miedosa de iniciar una conversación. Parecía que sin palabras le había puesto una condición, "Hasta que no tengamos una charla seria, estar acá será como convivir con un desconocido".

Parecía que Eren se había tomado de forma muy seria ser el hombre de la casa pues diariamente se iba a cortar leña y trataba de hacer todo tipo de actividades que necesitasen un esfuerzo físico. Mikasa creía que era para demostrar cierto dominio o superioridad física hacia ella cosa que tenía un poco de lógica por todos los años en que él parecía sentirse intimidado ante la mayor habilidad y fortaleza de la chica. A pesar de eso, la verdad era que Eren estaba evitándola. No quería estar en la casa con ella.

Fue hasta cuatro días después que, en la noche, después de tomar una ducha, Eren fue a la habitación de ella de madrugada.

Ackerman, temerosa, le abrió y lo vio ahí, con la misma mirada seria, casi indiferente. — ¿Puedo pasar? —preguntó él.

Mikasa lo dejó entrar y lo vio sentarse en su cama. — ¿Necesitas algo? —le preguntó.

— Debemos volver a casa—le dijo de forma concisa.

La chica abrió los ojos de forma exagerada al escuchar eso, su corazón se detuvo. – Pero ¿Por qué? Sabes que tu vida corre peligro en Paradise.

Eren entonces frunció el ceño. – No pienso quedarme aquí a tener una vida pacífica hasta el fin de mis días, alguien debe heredar mi titán y, realmente no estoy muy interesado en sobrevivir, puedo aceptarlo. Sólo quiero irme de acá.

Mikasa lo tomó del brazo, gesto que Eren no aceptó y trató de zafarse de su agarre, pero ella no se lo permitió. – Eren... no.

— Creo que no lo entiendes, Mikasa. Tú no puedes decidir cuándo voy a morir y mucho menos con quien pasaré el resto de mi vida. Hay algo que debes saber, yo puedo ver los recuerdos del futuro, y nada de lo que tu hagas va a cambiar los hechos.

Mikasa le soltó con los ojos llorosos y dirigió su mirada al suelo. Hubo silencio por varios segundos hasta que con la voz temblorosa la chica se atrevió a preguntar. – Dime... Es verdad, ¿Es verdad que me odias? ¿Desde el fondo de tu corazón sientes eso? ¿No soportas verme? —preguntó conteniendo las lágrimas.

Eren la miró seriamente, vio con cierto deleite sus pestañas húmedas y no se contuvo a tocarle el rostro.

— ¿Y tú qué sientes? ¿Crees que realmente me quieres? ¿Realmente me ves como tu familia? No siento tus emociones sinceras —le dijo.

La chica se lanzó a él y lo abrazó con fuerza. —Te quiero más que a nadie en este mundo, Eren, Yo haría lo que sea por pasar el resto de mi vida contigo, ¿No lo entiendes? O... —la chica se separó de nuevo. – dime, qué ves en nuestro futuro. ¿Me ves lejos de ti? Me... me ves como una extraña o...

Eren se cubrió el rostro con las manos evitando mostrar lo rojo que estaba. – No quiero hablar de eso.

Mikasa frunció el ceño y obligó a Eren a mostrar su rostro, esta vez era ella quien estaba sobre él, la pelinegra se sentó sobre su regazo y colocó sus manos en los hombros del chico que estaba recostado en la cama. – No, dime, dime la verdad. Quiero saber qué pasará. ¿Nos iremos mañana? ¿En una semana? ¿En un mes? ¿Qué pasará Eren? ¿Qué nos espera? ¿Te vas a casar, tendrás hijos? ¿Qué será de mí?

Eren reaccionó con una sonrisa retadora — ¿En verdad quieres saberlo Mikasa? ¿Y si te digo que en un año tendré hijos con alguien? ¿Y si te digo que mañana vendrán todos acá y acabarán con mi vida sin que tú puedas hacer algo al respecto? ¿Y si te digo que después de mí serás una mujer vieja, sola e infeliz?

Mikasa empezó a sollozar, pero aún con el ceño fruncido lo miró a los ojos. — ¡No me importa, SÓLO DILO! —exclamó desesperada.

Eren suavizó el rostro para luego volver a sonreír. De pronto, de forma inesperada había empezado a reír, acto que descolocó a la chica.

— He notado que ya no usas mi bufanda, me parece interesante. Pero, la vi entre tus cosas, parece que aún no te puedes deshacer de ella —dijo provocando que el agarre de Mikasa se debilitara.

— Ahora parece que eres tú quien evita el tema. Me...

— No —contestó él ahora más serio. – Déjame continuar. Si de niño hubiera sabido que salvarte te hubiera convertido en esta persona, me pregunto si lo hubiera hecho, me pregunto si hubiera envuelto ese pedazo rojizo y viejo de tela en tu cuello... —su semblante cambió al decir eso. — Estoy perturbado, Mikasa, llevo un buen rato así, tratando de entender por qué, por qué el destino nos espera de la forma en que lo hace.

— ¿Qué quieres decir con eso? —preguntó la joven ya irritada.

El chico se apartó y volvió a sentarse en la cama, por su parte, la muchacha simplemente se dejó reposar a un lado. —Mikasa, por favor, ven. —le ordenó.

La chica se sentó a su costado sin decir nada. Estaba totalmente confundida, ¿Acaso estaba tratando de llegar a algo? ¿O acaso quería probar que su sangre de Ackerman la obligaba a obedecerle ciegamente?

— Vamos, párate enfrente de mí. —le dijo relajando la postura, dejando caer su peso sobre sus brazos extendidos y abriendo las piernas de forma natural.

— ¿Para qué? —preguntó ella más tranquila. Eren volteó hacia ella y con la mirada fría que le había dirigido desde hace ya varios días atrás hizo contacto visual. Vio como levemente sus labios se abrían, en un inicio temerosos, pero después con una voz firme y grave exclamó – Ven acá, híncate y bájame la cremallera. Mikasa reaccionó instintivamente alejándose de él.

— ¿¡Qué mierda te pasa!? —le gritó de pie con las piernas temblorosas.

Eren volvió a reír. – Ahí está el punto —dijo parándose y acercándose a ella, Mikasa se alejó más, pero él la alcanzo pronto para darle unas palmaditas en la cabeza. – Creo que aún no estás lista para saberlo, mejor duerme tranquila. Buenas noches —dijo antes de retirarse. Dejándola con más dudas que respuestas.

Continuará...


 Espero que lo estén disfrutando, les mando muchos besos y abrazos, me gustaria ver si opinión de cualquier forma xd los tkm

SOLOS - EremikaWhere stories live. Discover now