Serie de mini-historias de Sakura con motivo al evento #MultiSakuMonth2020

DeiSaku. Te amo.

—¿Por qué no solo le dices que te gusta? —exclama Sasori a su mejor amigo. Deidara seguía moldeando su masa de arcilla observando al equipo de atletismo. —Puede pedirle ayuda a tu hermana.

—No me gusta que esa mocosa se meta en mis cosas, Sasori. —comenta Deidara formando con sus manos una ave. —Es demasiada intensa.

—Pobre de Shimura. —susurra Sasori.

—Ni me lo digas. —asiente Deidara. Vuelve a mirar hacia la ventana y sonríe al ver a Sakura dar todo su esfuerzo en la cancha.

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Sakura no pudo ocultar su nerviosismo al ver a Deidara. Sus sentimientos por él crecieron de una manera que ella no pensó.

Al principio, solo era el hermano mayor de su amiga de la infancia pero después de conocerlo y convivir con él, se enamoró de Deidara completamente.

Aunque su miedo era ser rechazada por él.

Porque no puede imaginarse ser ignorada por la persona que ama.

Era mejor guardar todos sus sentimientos para ella.

Amaba verlo hacer sus bellísimas esculturas.

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—Wooo, es bellísima. —exclama Sakura observando la escultura en forma de ave. —Siempre haciéndolo tan genial.

Deidara sonríe algo sonrojado, escuchar las palabras de Sakura solo lo emocionan más.

—Gracias Saku.

—Ahora que te aceptaron en la universidad, podrás exponer tus obras con más gente. —comenta Sakura tocando los relieves de la figura. —Aunque Tokio está lejos.

—Tokio está lejos de Niigata pero vendré a casa muy seguido. —menciona sin verla. —Podremos encontrarnos cuando vayas a Tokio.

—¿Crees que soy buena para ir a la universidad de Tokio? —Deidara gira para ver a Sakura, quien solo mira su figura de arcilla.

—Vamos, ¿estas bromeando? —Sakura levanta su mirada hacia Deidara. —Estas en el top 10 de tu generación, eres una excelente deportista y eres muy bonita.

Sakura se sorprende y se acerca a Deidara, lo rodea con sus brazos y hunde su rostro en el pecho del rubio.

—Muchas gracias por decirme todo esto. —susurra Sakura. —Siempre he pensado que no soy buena en lo que hago.

—Tú eres muy genial Sakura. —sonríe Deidara. —Puedes hacer todo lo que tú deseas.

—No sé cómo agradecerles a todos pero estoy feliz que la persona que amo me anime. —Sakura se aferra más a Deidara.

El corazón de Deidara se aceleró como nunca. Sakura se le había declarado sin darse cuenta.

Él nunca pensó que Sakura lo amara.

Pero él no se quedaría sin hacer nada.

—Sabes Sakura. —la joven de cabello rosado se separa de Deidara. Cuando vio a Deidara, nunca se esperó verlo con un rostro sonrojado.

—Sakura, yo... —su corazón palpita con fuerza, debería hacerlo sin pro...

—Sabes Deidara, siempre te he visto esforzarte como nunca. —Sakura no deja de mirarlo a los ojos. —Quiero esforzarme por mis sueños como tú lo haces. —toma las manos de Deidara sorprendiéndolo. —Por que adoro como te esfuerzas, como avanzas y siempre te he amado.

—Yo también te amo. —responde Deidara.

Sakura comenzó a llorar. Porque nunca pensó que Deidara también la amaba.

—Te amo Sakura.

Sakura se levanta de puntas y besa a Deidara, quien le corresponde de manera apasionada.

Cuando se separaron, Sakura sonríe.

—Te amo Deidara.