Kirishima acude con sus amigos a los mundiales de quidditch, deseando que ese año en Hogwarts sea por fin normal. Pero el destino le tiene preparado algo que ni si quiera un adivino podría predecir.
Un año lleno de riñas y competiciones, y... ¿Celos...
A Eijirou le sorprendió la suavidad con la que Katsuki habló con la niña, que esbozó una ligera sonrisa y asintió. Parecía que a su amigo se le daban muy bien los niños a pesar de su mal genio. No le dijo nada para no ganarse una explosión, pero se lo guardaría por si acaso.
Disfrutaron del banquete de bienvenida comentando los mundiales. Nadie quería hablar sobre lo que pasó después del partido, así que hablaron de los jugadores en general hasta que el director se puso de pie para hablarles. Les dio el discurso habitual, pero añadió algo que nadie se esperaba.
-Tenemos este año el honor de ser la sede de un evento que tendrá lugar durante los próximos meses, un evento que no se celebraba desde hacía más de un siglo. Es un gran placer para mí informaros de que este curso tendrá lugar en Hogwarts el Torneo de los tres magos. Para aquellos que desconozcan en qué consiste, el Torneo de los tres Magos reúne a tres escuelas, de las cuales saldrán tres campeones que se enfrentarán en diferentes pruebas de maestría. El torneo se canceló debido a las muertes que había cada año, pero los directores de Beuxbatons y Durmstrang han decidido junto conmigo retomar el concurso nuevamente. En octubre llegarán los directores con sus candidatos, y tendrá lugar la selección.
Todos estaban muy emocionados con la idea de poder pasar un año con alumnos de otras escuelas de magia. Mina hablaba emocionada con Uraraka, que estaba en la mesa de al lado, de los chicos franceses porque se decía que era muy educados y lindos.
-Sin embargo,-Toshinori interrumpió los cotilleos.-El Ministerio de Magia, y los propios directores, hemos acordado que ningún menor de diecisiete años pueda participar en el torneo, por cuestiones de seguridad.
No muchos estaban de acuerdo con esa norma, pero todos la acataron a regañadientes. O eso parecía.
En la Sala Común de Gryffindor se podía ver como Natsuo y Touya estaban enfrascados en libros de pociones murmurando algo de una poción envejecedora. Nadie creía que pudiesen hacerlo así que no les prestaban atención.
-¿Os hubiese gustado presentaros chicos?
-Yo no.-Kirishima respondió de inmediato.-Odiaría tener que ser el centro de atención para todo el colegio, no lo soportaría. La gente pone muchas expectativas en ti, y yo no podría llevar esa presión todo el curso.
Kaminari y Sero le dieron la razón, pero a Bakugo sí le hubiese gustado presentarse. Participar en ese torneo parecía emocionante. De todas formas si se volvía a celebrar cuando estuviese en último año sin duda se presentaría.
Pronto tuvieron que irse a la cama. Todos estaban ansiosos por que llegasen los alumnos extranjeros, y ese mes iba a pasarse realmente rápido para todos en el castillo.
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Al día siguiente como era habitual recibieron sus horarios. Cada vez se separaban más, porque Sero y Kaminari estaban en Estudios Muggles y Runas antiguas mientras que Mina, Kirishima y Bakugo habían dejado Adivinación por Aritmancia y seguían en Cuidado de Criaturas Mágicas.
