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· 24 de diciembre de 2019.

Eran las 9 de la mañana cuando Seokjin ya estaba esperando fuera del cuarto del hospital junto a su primo. Aunque había intentado explicarle la situación de manera resumida, el menor no parecía capaz de proceder todos los cambios ocurridos en la noche, por lo que Seokjin se había asegurado de recalcarle que todo había quedado escrito en el diario generacional de la familia.

Por supuesto, había muchas cosas por entender, pero su tiempo escaseaba, y él no quería pasar su último día de vida dando explicaciones, cuando por primera vez podía estar cerca de la persona que amaba. Hubiera sido un mentiroso de decir que se sentía confiado, pero intentó no temblar como un animalito asustadizo bajo la mirada consternada de su primo favorito.

Jungkook, quien acompañaba a Yoongi, salió finalmente del cuarto. Los ojos del menor estaban hinchados y el mayor del grupo palideció cuando este lo miró, como si lo supiera todo. No hicieron falta palabras entre ambos, Jeon solo se abalanzó sobre él, abrazándolo como nunca hizo en su vida, y se disculpó, aún sin tener razón para hacerlo. El joven le pidió en voz bajita que tuviera un día grandioso, antes de atreverse a tomar la mano de Taehyung y alejarse con él sin soltarlo.

Seokjin suspiró, consciente de que era su turno. Tocando la puerta despacio, esperó escuchar la voz de Yoongi para poder entrar. Su cuerpo se movió de manera robótica cuando finalmente sus miradas se encontraron y creyó que se volvería un charco cuando el contrario le sonrió, enseñando sus encías.

―Tuve un sueño extraño anoche ―confesó el menor mientras Seokjin cerraba la puerta―. Un niño se disculpaba conmigo y me contaba una historia de lo más increíble

―¿Es así? ―Se quedó de pie en la puerta, sin atreverse a dar un paso más cerca de él―. ¿Cuál fue la parte más increíble de todas? ―se atrevió a preguntar―.

―Que alguien como tú me ame

Volvieron a mirarse a los ojos. La sonrisa de Yoongi se esfumó, a la vez que sus ojos se humedecían, y Seokjin no supo si correr hasta él o hacerlo en dirección contraria. ¿Qué se suponía que debía hacer o decir? Cupido lo visitó a él, bien. Pero, ¿qué con ello? ¿qué procedía? ¿Yoongi lo quería ahí o, por el contrario, esperaba verlo desaparecer de su vista?

―Esta es la primera vez que hablamos en esta vida ―continuó Min, su voz quebrándose―. Es la primera vez que estamos solos en un mismo lugar y que me miras a los ojos ―sonrió suavemente, a pesar de las lágrimas―. Pero, incluso si son tantas primeras veces, ¿no te parece increíble el hecho de que una entidad mayor diga que me amas?

―¿Eso es lo que crees? ―preguntó con tristeza, sin haber pensado en esa posibilidad―. ¿Que no te amo?

―Si no me amaras, Seokjin, no sabría qué nombre darle a todo lo que has hecho por mí ―confesó―. Y si no poder mirarnos a los ojos fuera una excusa para no amar, entonces no sé por qué he pasado tantos años de mi vida pensando en ti

Seokjin sintió sus propios ojos escocer tras la declaración. Quiso derrumbarse y llorar tras años de agonía con sentimientos que parecían ser unidireccionales, pero, finalmente, decidió ir por la mano de Yoongi cuando este se la extendió.

Y, entonces, ellos jamás volvieron a ser un tú y un yo.

―No sé qué tanto sabes, ni cuánto tenga sentido para ti ―admitió Seokjin, presionando su mano con fuerza mientras lo miraba con ojos llorosos―. Pero tienes que saber que lo lamento. Tienes que saber que, durante toda mi vida, luché por hacerte feliz, pero las cosas nunca fueron fáciles e incluso mis intentos quedaron en la nada ―sollozó―. Sobre los sueños, de verdad-de verdad intenté...

Mundo fabricado [KSJ+MYG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora