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· 20 de diciembre de 2019.

―¡He pasado por tu casa para traerte lo que me pediste! ―anunció Jungkook, dejando una bolsa sobre el regazo de Yoongi.

―¿Leíste lo que hay adentro? ―preguntó con falsa duda el mayor, abriendo la bolsa para verificar su contenido.

―¿¡Qué!? ―llevó una mano a su corazón, ofendido. ―¡Sabes que por años he respetado por completo tu privacidad! Claro, al menos que quieras decirme ahora por qué eres tan cuidadoso con esa cosa ―señaló, interrogante.

Yoongi sólo negó con la cabeza, riendo. Incluso si sus días estaban contados, aún había cosas que quería guardarse para sí mismo, porque así se sentían más especiales, como si fueran su pequeño secreto.

―Entonces no preguntaré ―Jungkook se encogió de hombros, tomando asiento junto a la cama. ―Sabes... estaba pensando... ¿qué te gustaría comer para navidad? ―ahora Yoongi lo miró atentamente. ―Planeo pasar la noche buena contigo, ¡así que traeré todo lo que quieras! Y-

―Jungkook ―lo detuvo. ―No tienes que pasar la navidad en el hospital sólo por mí

―¿Cómo no? Somos mejores amigos ―le recordó.

―Y por eso deseo que salgas a divertirte, no puedes estar todo el tiempo pendiente de mí. Sal y vive tu propia vida, ¿de acuerdo?

―Pero... ―frunció sus labios, enojado. ―Eres parte de mi vida, hyung. Pasar navidad contigo es encargarme de mi vida

―No, tú sólo temes dejarme solo ―señaló con frustración. ―Y creo que es momento de que empieces a entender que, lamentablemente, no puedo seguir siendo parte de tu vida, Jungkook. Mientras antes lo aceptes, más fácil lo superarás cuando yo...

Yoongi se calló cuando el menor se paró bruscamente, tirando la silla en el movimiento. Con el rostro enrojecido por el enojo, Jungkook volvió a levantar la silla para después mirar a su amigo, intentando que su voz no temblara debido al malestar.

―No te gusta estar solo. No intentes engañarme, ¡no te gusta estar solo y no te dejaré solo! No vuelvas a intentar dejarme fuera de esto, ¿me escuchas? ¡Y no te permito ser pesimista sobre tu vida!

―Estoy en fase terminal, Jungkook ―le recordó con calma, provocando que los ojos del menor brillaran por las lágrimas. ―Jungkook...

―Iré a tomar un poco de aire

Jungkook salió rápidamente del cuarto, dejándolo con las palabras en la boca. Yoongi miró la bolsa, acariciando el contenido de esta, y sonrió con pena ante la situación.

Sí, no le gustaba estar solo, pero estaba acostumbrado a ello. Además, no se equivocaba al forzar al menor a aceptar la realidad, porque ya fuera unas horas o unos días, él tendría que partir de todos modos.

Undécima memoria.
31 de mayo de 2015.

Seokjin no estaba seguro de lo que estaba haciendo, pues quizás sólo estaba jugando a la suerte al decidir regresar a aquel día.

Unos meses atrás, Yoongi había adoptado un cachorro al cual había llamado Holly, y no había que ser cercano al chico para saber que amaba a ese perro.

Fue por esas fechas cuando Holly escapó de casa en un descuido. Y no importó cuánto Yoongi lo buscó y pegó panfletos con su foto en toda la zona, jamás llegó una llamada que le devolviera el optimismo. Finalmente, Yoongi no volvió a saber de Holly, pero no fue así para Seokjin.

Mundo fabricado [KSJ+MYG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora