Leyendas desconocidas

Capítulo 44: La serpiente enroscada

Pero luego, en cambio, la atención fue arrastrada lejos de ella como el parpadeo de una luz.

Todo desapareció cuando Blake se incendió.

Un fuego tan intenso y repentino que no tenían ninguna idea de qué hacer! Un segundo, su compañero estaba sentado allí probablemente tratando de pensar en algo agradable que decir, y al siguiente ... se retorcía en el suelo cuando las llamas doradas oscuras sacudieron su cuerpo, crujiendo en el aire sobre sus gritos. Y ninguna cantidad de hielo que Weiss hizo o las mantas que el equipo tonto de la escuela le arrojó ayudó. ¡Ella seguía ardiendo y ardiendo y ardiendo!

Yang trató de abrazarla, tan segura de que el fuego no la lastimaría por la frecuencia con la que se incendiaba. Gracias a Dust no le hizo daño, pero maldita sea el Grimm que no le ayudó a Blake.

Toda la ira que tenía por su madre se convirtió en polvo como Moraine y se fue volando cuando vio a su compañero gritar un asesinato sangriento y casi tratar de arañar su propia piel mientras el fuego la consumía. Incluso mientras Ruby gritaba y Penny intentaba enumerar algunos consejos que probablemente sacó de un manual digital, solo abrazó a su pareja con un abrazo forzado, evitando que se lastimara, pero solo sintió lo poderosos que eran sus gritos de dolor. .

Dolía solo sostenerla, pero no lo suficiente como para dejarla ir. No dolió ni siquiera por el fuego, sino por lo fuerte que Blake estaba gritando y cómo eso estaba desgarrando a Yang. Desgarrándola como si sus uñas le rasgaran la piel. Eso, e incluso cómo Ruby, Weiss y todos los demás que se habían congregado en su habitación estaban gritando. Gritando, tratando de agarrar y encontrar algo para ayudar a Blake. Pero nada estaba funcionando.

Los fuegos no se apagaban, sus gritos no disminuían, y todo lo que tenía que hacer era abrazarla más fuerte y no soltarla. Y justo cuando Yang estaba a punto de perder la esperanza de que se detuviera, antes de que su compañero se quemara. Lo hizo sobresalir. Detener.

FWoosh ~ Tan sorprendente como había comenzado, simplemente se detuvo.

Así que se quedó sosteniendo a su compañero, el llanto de las lágrimas y los temores aún salían de ella. Yang abrió los ojos cerrados para verla, esperando que no fuera un cadáver en sus brazos. Pero ella apenas tenía una oportunidad. Con las mantas sobre ella, apenas podían verla.

Pero Blake debe haber visto algo, porque ella se apartó de las manos de Yang en un instante. Estaba de pie, las numerosas capas de fuego sobre ella la ocultaban de todos los demás en la habitación. Y todos, incluido Yang, guardaron silencio como la tumba que temía tener que cavar. Todo lo que tenían era a Blake de pie, de espaldas a ellos y mirándose las manos.

Entonces ella se movió. Y en sus acciones, por un rápido momento de palpación, la miraron.

Una mirada fue todo lo que obtuvieron. Una mirada a Blake después de que el fuego se había hundido en nada. Un momento después de haberse tirado del cabello, agarrarle la cara, gimotear ininteligiblemente, luego casi destruyó el cajón de maquillaje de Weiss para agarrar un espejo. Después de todo eso, tuvieron una breve mirada para ver qué la estaba haciendo temblar. El fuego la había quemado, pero no como Yang esperaba.

En aquella mirada que todos robaron, ella no vio la piel carbonizada de un fuego. Vio la piel azul cubierta de manchas azules, ojos dorados que miraban con intenciones maliciosas y un cabello en llamas que podría haber rivalizado con el suyo. Ella vio todo eso, mirándola y la cara horrorizada de su compañero dejando un rastro de lágrimas en su rostro.

Entonces ella se fue. Pop . Así. Todo con un toque de esa maldita capa sobre su figura.

Ren, bendito o maldito sea, supo de inmediato que cerraba la puerta y le dijo a Nora que se acercara a la ventana. Compañeros o amigos de la infancia, ella no dudó en hacer lo que él dijo, y Yang solo entendió por qué un momento después. Eso los dejó a los nueve en la habitación con el décimo, escondiéndose debajo de la capa mágica que Link le había regalado, ocultando lo que su enemigo y su nuevo amigo aparente le habían hecho.