Viktor Volkov #01

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— Algunas veces la vida es ridícula. Ridícula como para no creerla — comentó, viendo por la ventana. La oficina del área de psicología estaba en el último piso de un edificio al cual hay que llegar del mismo modo que se llega a la CNI: cambios de coche, ropa poco característica, y en ese momento llevaba un sweater y pantalones claros, algo que no usaría en su puta vida.

En cuanto a las sesiones, admitía haber sido hostil al menos el primer mes, pero eso era parte de ser quien era, nada nuevo, tenía que tantear el terreno, aunque en el fondo supiera que aquella mujer había llegado allí porque tiene la confianza del CNI y trata a gente mucho más importante que él... o Conway.

Luego de la cuarta sesión, comenzó a comentar cosas del día a día. No se veía capacitado para hablar de su pasado, de su familia, de su historia, de cosas que no había podido hablar con nadie ni tenía ganas de hacerlo. Ella lo había comprendido y avanzaban al ritmo que él marcaba, eso le gustaba.

No creía estar loco o inestable a nivel mental, pero tampoco le fastidiaba tanto —como a su superior— la idea de tener una hora a la semana para comentar sus molestias y cagarse en todo, algunas veces.

— ¿Cómo así? — preguntó la psicóloga.

— Dos alumnos del CNP se me han declarado — dijo como si no fuera la gran cosa.

— ¿Dos? — ella sonrió. — Es un halago ¿No?

— ¿Disculpe? ¡Qué halago ni que mierdas! No ha pasado ni un mes desde la muerte de... desde que Ivanov me dejó — de pronto, lo que comenzó como uno de sus enfados, terminó con su voz quebrada. Artaud le ofreció su caja de pañuelos y Volkov la tiró de un manotazo lejos. — No me ofrezca esas cosas, tampoco su lástima.

— Tu sabes que no siento lástima — respondió ella. — Para todo lo que concierne a lo que pase aquí, no siento nada.

— ¿Así es como trabaja?

— Pues no puedo escuchar la historia de un paciente y decirle "pues que pena, pues me alegro, pues me siento fatal" No se supone que me despierten las emociones, sino que trabaje con las suyas — explicó. — Y, por lo que veo, el episodio que más te ha marcado en el último tiempo ha sido la pérdida de tu compañero, Ivanov, pero ¿Qué tiene de malo que dos chicos o chicas te digan que les gustas?

Volkov aún se veía ofendido, pero también conflictuado.

— No quiero que por culpa de sus putos sentimientos comiencen a fallarle a sus labores... en especial la chica, la cual debería pedirse una hora con usted, déjeme decirle.

Artaud sonrió.

— ¿Problemática?

— Obsesiva — gruñó.

— ¿Y quién es el otro alumno? Presumo que no es otra chica...

— No — Volkov bajó la mirada a sus manos, las cuales tenía juntas en su regazo. Fue algo tan fugaz antes de volver a mirar a la psicóloga que ella por poco se pierde del detalle. — Él lo aceptó con dignidad, se comió el rechazo sin palabras.

— ¿Y eso te agradó de algún modo? — siguió Artaud.

— No. Tan solo pensé... pensé que lo tomaría de una forma distinta, él no es conocido por tener buenas decisiones y... y este último tiempo me ha sorprendido como agente.

— ¿Noto que sientes algo de orgullo al hablar de este hombre? ¿Cuál es su nombre?

Volkov iba a ponerse a la defensiva cuando ella alzó una mano.

— Calma, Viktor, no estoy diciendo ni que te gusta ni nada escandaloso. Es perfectamente normal que un comisario sienta orgullo de tener a alguien que actúe bien dentro de la malla, ¿No?

El ruso asintió toscamente.

— Es un buen tirador, un buen policía — confesó. — Y coño, es... digamos que me ha visto en momentos jodidos y se ha comportado... ha sido decente conmigo.

— ¿Hace cuanto nadie se comporta de forma decente contigo? — preguntó ella.

Volkov volvió a mirarse las manos y omitió la pregunta.

— ¿Le conté que se mudó a mi edificio para vivir cerca de mí? — dijo.

Artaud alzó una ceja. Para estar "tan" molesto con esto de romper corazones en la malla, no podía parar de hablar del alumno aquel.

— No, no me habías contado.

— Es un puto loco... — Volkov meneó la cabeza, pasándose una mano por el cabello.

— ¿Te molesta saber que le gustas, Viktor?

— A ver, Artaud, ya paremos con el tema. No voy a responder eso — se rehusó. — ¿P... podemos hablar de otra cosa?

Ella anotó algo en su libreta y lo miró con una cara de póker que había estado practicando desde que salió de la universidad, hace una década y algo.

— Por supuesto — dijo, ocultando que su interior sonreía por él, pero sabía que le iba a costar una gran cantidad de trabajo hacer que el ruso avanzara en eso de las relaciones personales. 

Les juro que si algún día tengo un pc mama2, intentaré entrar a spain rp como psicóloga XD okno.

(subtle dosis de volkacio esta sesión alv) 

Psyché || spainRPTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang