Jack Conway #03

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Las cosas habían comenzado a ponerse extrañas. Las tardes en el CNI parecían cada vez más llenas de tensión y todos los trabajadores, de un momento a otro, desaparecieron de su vista. Las oficinas tenían un aspecto lúgubre y oscuro cada vez que Artaud hacía su camino ritual hacia el cuarto que le correspondía a su consulta. Hasta el aire se sentía distinto, pesado.

Esa mañana vio en su teléfono que Conway la buscaba. Hace mucho que el hombre había dejado las sesiones y ella le había concedido el alta a presión, ¿Por qué? Porque todos, todos en ese hoyo, en algún momento olvidan quienes son y hacen cosas que no deberían.

Como lo que hizo con Gustabo hace una semana.

Suspiró, sacó unas llaves del bolsillo de su chaqueta y la metió en el cerrojo de la puerta de su despacho. Entró y empujó la puerta con su cuerpo hasta quedar recostada sobre ella, como ocultándose del mundo en ese pequeño espacio. ¿Por qué, de un momento a otro, le había parecido buena idea todo eso? ¿Por qué le sentaba tan mal?

Alguien intentando abrir la puerta la empujó hacia adelante y, al girarse, se encontró con Conway entrando sin golpear. Lo usual.

— Adelante — dijo, intentando no sonar irónica sino profesional mientras rodeaba la mesita de centro que reunía los sofás de la terapeuta y los pacientes y se dejó caer en el que le correspondía. Miró hacia arriba al hombre con el ceño siempre fruncido, gafas de sol, aunque el día afuera estaba nublado y una chaqueta ancha con la que solía entrar al CNI para no ser reconocido, lucía mucho más cansado que de costumbre.

— Esta no es una sesión así que no te atrevas a sacar la libretita y el lapicito — soltó él.

— Aunque lo fuera, teníamos un acuerdo respecto a eso. No libreta, no lápiz — dijo ella. Ni siquiera había hecho el ademán de sacar nada, solo estaba ahí, sentada, con las manos en los bolsillos y una expresión de derrota permanente en el rostro. Conway habría estado de acuerdo con ella de saber sus pensamientos; ante sus ojos, lucía como la mierda, no como la persona siempre bien compuesta que conoció hace bastante tiempo atrás. — ¿Qué es lo que necesitas? — añadió la mujer suavemente, cansada de pelear con él y con el mundo entero.

— Necesito el informe sobre Gustabo García — fue directo al grano. — Ahora.

— No lo tengo — respondió ella de la misma forma. — ¿Qué quieres saber?

— Horacio me ha dicho que Gustabo tiene dos personalidades, ¿Es eso cierto?

Artaud no había contado con que Horacio fuera a contarle a alguien más lo que sabía sobre su amigo, pero no se inmutó al escucharlo. Quizás le sorprendió un poco lo preocupado que se veía Conway, pero fuera de eso, era normal. Era él quien respondía por esos dos agentes, si uno de ellos tenía una condición tan severa como la que tenía Gustabo, normal que se preocupara.

— He comenzado a analizarlo en cuanto Horacio lo mencionó en sus sesiones — lo evadió.

— ¿Y?

— Es cierto — respondió, presionada por la mirada del superintendente y jefe de los Black Ops del CNI, quien se había quitado las gafas y las sostenía en una mano. — Pero estoy evaluando en qué nivel esto le afectaría siendo un agente del CNI.

— ¿Puede una personalidad ser tentada a hacer... hacer el mal y la otra seguir siendo buena?

Artaud lo miró a los ojos, descubriendo por primera vez algo de conflicto en aquella mirada oscura e imponente.

— Yo no debería estar discutiendo cuestiones privadas sobre la condición de Gustabo con...

— Es una pregunta estrictamente profesional. Responde — la desarmó él.

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⏰ Last updated: May 14, 2021 ⏰

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Psyché || spainRPWhere stories live. Discover now