Capítulo 10

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Las áreas de combate estaban siendo custodiadas por algunos estudiantes y profesores

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Las áreas de combate estaban siendo custodiadas por algunos estudiantes y profesores. Para poder acercarse y espiar, el grupo tuvo que separarse por completo. Alyssa se acercó a la muralla con cautela, siguiendo el ruido que identificó como la explosión de algunos hechizos y preparados especiales. No podía ver muy bien debido a que el muro era de concreto, pero al menos podía echar un vistazo con disimulo de vez en cuando al tiempo que se mantenía oculta. Una conversación entre dos profesores llamó su atención.

—¡Qué desastre! Después de tantos años de paz no pensé que vería algo como esto.

—Ya sabes cómo son esos fanáticos —le contestó el otro—. La luna roja y toda la superstición que la acompaña es capaz de volverlos como locos.

—¿En serio crees que el aquelarre Luna Roja fue capaz de atacar a los Cuervos?

—¿Qué otra prueba necesitas? ¡Abrieron un maldito agujero en la barrera! Esos estúpidos pudieron condenar a muerte a cientos de estudiantes y profesores del Goreth. Sin contar a los habitantes de toda la dimensión.

Alyssa frunció el ceño, confundida. Según tenía entendido, toda la comunidad de hechiceros se agrupaba en tres grandes aquelarres: el Luna Negra —al que pertenecía y era el más importante—, el Luna Roja y el Cuervos. Si uno de ellos atacaba al otro, ¿estaban a las puertas de un conflicto mágico mundial? Contuvo el aliento mientras intentaba seguir escuchando, pero no podía prestar mucha atención cuando había recibido tal noticia. Había sido un ataque pensado para devastar si había logrado fracturar la barrera que los protegía de las tierras corruptas. En eso pensaba cuando fue interrumpida por un recién llegado con el que no contaba.

—¿Qué tenemos aquí? —preguntó el muchacho, que Alyssa reconoció como el mismo que le había agarrado el brazo en su primer día en el colegio.

Aly adoptó una expresión seria, intentando disimular el hecho de que no estaba autorizada a rondar por el área.

—¿Qué crees que estás haciendo? —insistió él.

—¿Por qué crees que es asunto tuyo?

El joven sonrió, divertido con la cortante respuesta.

—Eres nueva.

—Y tú eres el idiota que me sujetó del brazo el día que llegué.

El muchacho emitió un chasquido bajo con los labios, recordando el momento exacto que la chica mencionaba. El gesto altanero combinaba con su perfecta pose de "el mundo me pertenece", la cual había adoptado desde que se detuvo a hablarle.

—El nombre del idiota es Julien. Escucha, voy a ser bueno contigo porque al parecer nadie te ha explicado las reglas de este lugar.

—Al parecer no —comentó Alyssa con sarcasmo.

El chico frunció el ceño, analizando los rasgos del rostro de la muchacha. Por su expresión se podía adivinar que no estaba acostumbrado a que lo desafiaran de ese modo tan descarado. Alyssa aprovechó para hacer lo mismo. Después de todo, no se podía negar que era guapo. Su rostro perfectamente esculpido, aunque arrugado en una mueca engreída, no dejaba de ser hermoso. El uniforme le apretaba en los lugares adecuados, por lo que resultaba obvio que se ejercitaba. Quizás practicaba algún deporte.

Resplandor [Hermanos Ceniza I]Where stories live. Discover now